Josefina Pérez Mateos: Primera científica geóloga española

Pérez Mateos es una de ’Las dieciséis primeras científicas del CSIC’

Carrascosa

Alfonso V. Carrascosa

Publicado el

6 min lectura

Josefina Pérez Mateos es otra de ’Las dieciséis primeras científicas del CSIC’ reseñadas todas en esta obra, entre las cuales se encuentra también Pilar Aznar, de quien hemos hablado en COPE Y es que hace ahora 80 años, apareció la profesión de científico sin carga docente en España, concretamente en 1945 y en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Con Josefina Pérez Mateos llegamos a la conclusión de que de ‘Las dieciséis primeras científicas del CSIC’ más de la mitad he conseguido demostrar que eran científicas creyentes, católicas practicantes, puesto que lo fueron Concepción Casado Lobato, Antonia Mª Medina Ortega, la ya mencionada Pilar Aznar, o Julia Mª González de la Peña, María Domínguez Astudillo, María Josefa Molera Mayo, Olga García Riquelme y Mª Teresa Vigón Sánchez.  

Nacida en Ciudad Rodrigo (Salamanca) en 1902, los inicios por tanto de la Edad de Plata a la que tanto contribuiría en todos los sentidos la Iglesia Católica como institución y a través de sus miembros, etapa que vio el desarrollo de los postulados del Regeneracionismo también de fuerte raigambre católica, Josefina fue hija de militar al igual que su madre. Se licenció en Farmacia en 1928 en la Universidad Central, abrió farmacia en la capital de España y comenzó el estudio de la licenciatura en Ciencias Naturales, obteniendo esta segunda licenciatura en 1934, comenzando su doctorado, que interrumpió al iniciarse la Guerra Civil. Sobreviviendo a dicho desastre consiguió ser profesora de geología en la Universidad Central de 1939 a 1946, y profesora de agricultura en el Instituto Lope de Vega de 1939 a 1943, compatibilizando todo con trabajo en una farmacia y el doctorado que consiguió en 1943. Su buen hacer pronto la llevó a ser miembro del CSIC, desde septiembre de 1940 en realidad, en concreto a la Sección de Mineralogía del Instituto José de Acosta –en honor al jesuita y eminente científico- como conservadora de colecciones, en la todavía hoy existente Colección de Mineralogía, en la que Josefina montó una colección de minerales mencionados en las Sagradas Escrituras, consiguiendo en 1946 por estricto proceso de concurso oposición una plaza de Colaborador Científico, y adscribiéndose al Museo Nacional de Ciencias Naturales, siendo la primera científica mujer de la historia de España dedicada a las Ciencias Naturales.  

Mantuvo la farmacia y además el Laboratorio Lagar la contrató como directora técnica de sus instalaciones, ubicadas en Madrid, a cuyo frente no permanecería más que hasta el 6 de julio de 1949. En 1948 se trasladó al Instituto de Edafología y Biología Vegetal fundado por el científico miembro del Opus Dei Jose Mª Albareda para asumir la dirección de la Sección de Petrografía Sedimentarias. El 15 de noviembre de ese año defendería su segunda tesis doctoral. Durante todo este tiempo no dejó de publicar en revistas científicas especializadas sus hallazgos y descubrimientos. En 1949 ascendió a Investigador Científico, siendo la primera mujer en la historia de España que accedía a tal nivel de profesionalización científica, y en el trimestre del verano de 1952 se fue nuevamente a trabajar en el Sediment-Petrographisches Institut [Instituto de Petrografía Sedimentaria] de la Universidad de Göttingen, nuevamente becada por el CSIC, visitando además centros de investigación de prestigio internacional como Max-Planck Gesselschaft, Bodenkundliches Institut y Mineralogisch-Petrographisches Institut…trayendo nuevos métodos a enseñar de vuelta a España. 

En 1952 publicaría un interesante estudio sobre los meteoritos caídos en España conservados en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, colección que hoy se puede ver todavía gracias al cuidado que le dispensó entre otras la católica Josefina, y al poco hizo otra estancia en el extranjero para aprender nuevas técnicas, la tercera, a Francia esta vez. Fue nombrada jefa del Laboratorio de Petrografía Sedimentaria del Instituto de Edafología y Fisiología Vegetal en marzo de 1957. Un año más tarde pediría el cese a petición propia como conservadora de colecciones en el Instituto José de Acosta de Ciencias Naturales, cargo que venía simultaneando con el de investigadora científica en el Instituto de Edafología y Fisiología Vegetal. En 1959 se llevó a cabo en Madrid la constitución de la Asociación Internacional de Mineralogía de la que Josefina fue socia fundadora. Estuvo al frente del Grupo Español de Sedimentología (1960-1968) que organizó el primer Curso de Sedimentología,…publicaría varios libros emblemáticos como ‘Análisis mineralógico de arenas: métodos de estudio’. Trabajó codo con codo con otros científicos españoles católicos como Vicente Aleixandre o el ya mencionado Jose Mª Albareda. Pese a su continuo trabajo como científica y no dejar de publicar sus resultados en revistas especializadas y libros, no abandonó la práctica profesional farmacéutica, estando al frente de su oficina de farmacia madrileña hasta los inicios de marzo de 1965, en que la traspasó. En 1968 pasó a ser Jefe de la Sección de Mineralogía de Suelos en el Instituto de Edafología y Agrobiología del CSIC. En los inicios de abril de 1971, cumplidos los 66 años, obtuvo la máxima categoría de científico profesional de la historia de España, todavía vigente la del Profesor de Investigación del CSIC, culmen de la todavía vigente Carrera Científica del originariamente católico CSIC.    

A finales de 1974, y tras cumplir los setenta años, se jubiló, falleciendo en la primavera de 1994, cumplidos los 99 años, a consecuencia de un infarto agudo de miocardio, siendo enterrada en la Sacramental de Santa María.  

En 1975 recibió la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio. Perteneció entre otras sociedades científicas a la Real sociedad Española de Historia Natural, a la Sociedad Española de Ciencia del Suelo, a la Academia de Doctores, etc.  

¿Y quien dice que fue una católica practicante? Sus compañeros y compañeras de trabajo del CSIC que todavía viven me lo han indicado a mí personalmente al ser entrevistados. Pero quien lo afirma con la siguiente rotundidad…’Muy creyente, muy creyente…la propusieron pertenecer a las teresianas, al Opus Dei…pero quiso practicar su fe en la Iglesia Católica sin adscribirse a ninguna realidad eclesial de las entonces existentes en España’ es su sobrina Margarita Pérez Peñasco, que a punto de cumplir 89 años accedió a ser entrevistada al respecto. Fue Auxiliar de Investigación del CSIC, y además de expresar su admiración profunda hacia el nivel científico que su tía alcanzó, compaginándolo además con el ejercicio de la profesión farmacéutica, añadió sobre su persona que Fue una hija ejemplar y una hermana ejemplar, cuidando de todos y desviviéndose por los suyos’ Vivió su catolicismo con naturalidad y sin estridencias, y feministas de toda índole la reivindican como un ejemplo a seguir… fue también un ejemplo de católica practicante, en la que se dio la conciliación ciencia-fe de manera perfecta, como ha ocurrido y sigue ocurriendo en la historia de España.  

Temas relacionados

nuestros programas

ECCLESIA ALVARO SAEZ

Ecclesia

Con Álvaro Sáez

Domingos a las 13:00h

Visto en ABC

Tracking