Católicos y científicos: Solé Sabaris, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Revista EcclesiaAlfonso V. Carrascosa Santiago

Tiempo de lectura: 3’

Católicos y científicos: Solé Sabaris, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Fue amigo de los también católicos y científicos Manuel de Terán, Casas Torres y Alfredo Floristán. Licenciado en geografía y en ciencias naturales, leyó su tesis en plena Guerra Civil en 1937, sobre el tema "Los corales fósiles del eoceno catalán". Fue director fundador del Instituto Jaume Almera de Investigaciones Geológicas (IJAIG) creado en 1965, hoy denominado Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera ( o Jaime Almera), que cumple ahora su 50 aniversario, donde le reclutó el también católico y científico Jose Mª Albareda ?del Opus Dei– que en la foto aparece con José Ibáñez Martín – de la Asociación Nacional Católica de Propagandistas- fundador con Albareda del CSIC. Los orígenes de la moderna geografía española han sido muy católicos por todo ello.

Maestro de los socialistas Carmina Virgili y Ernest Lluch, por mucho que los socialistas renieguen de nosotros los católicos, de la Iglesia y de la enseñanza católica, Luis Solé Sabaris (1908-1985) formó parte del CSIC. Casas Torres diría de él "Conocí a Luis Solé, en una reunión de Geografía organizada por el Instituto Elcano en la Universidad de Verano de Jaca. En compañía de D. Amando Melón, D. Luis García Saínz y D. Juan Dantín Cereceda, recorrimos el Pirineo aragonés occidental. Desde aquel lejano 1940 considero a Solé como amigo y maestro?Las clases, las excursiones, los Congresos, la redacción de artículos y libros, aún dejaron tiempo a Solé

-¿o se lo robaron a pesar suyo?- para ser un excelente hombre de gobierno. Además de dirigir el Departamento de su cátedra, fue Director del Instituto de Estudios Pirenaicos, que fundó con D. José María Albareda, Secretario de la Delegación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Barcelona. Da idea de su talla humana y moral el que cuando en un cambio de ministros y por una calumnia salida de su propia Facultad fue relevado de su cargo de Secretario de la Delegación del Consejo, su única reacción fue pasar muchas horas informando y

poniendo en antecedentes a Santiago Alcobé que había sido nombrado para sucederle?Todas las grandes condiciones humanas de Solé Sabarís, su hombría de bien y su sentido cristiano de la vida, se pusieron de relieve a lo largo de toda su ejemplar vida familiar, y cuando la trágica muerte de su hijo les llenó de pena, Solé y su esposa, sobrellevaron su dolor con una entereza y un señorío sobrecogedores. Fue un gran amigo: supo ser amigo de sus alumnos, un amigo fraterno, leal, lleno de atenciones y delicadezas. Una vez me dijo que cuando un colega se equivoca en una publicación, lo más conveniente es publicar con él otro artículo rectificando el anterior sin decirlo. Y él lo hacía siempre que podía. No sólo amó mucho a Cataluña, sino que nos enseñó a amarla. Con él he recorrido sus comarcas y visitado sus ciudades, y más de una vez desde Barcelona nos preparaba los itinerarios de la excursión a Cataluña que hacían muchas veces conmigo los alumnos de mi cátedra y dejaba sus ocupaciones y venían a enseñarnos la industria papelera de Capellades o los volcanes de Olot o la montaña monserratina. Pero del mismo modo quería a las demás regiones españolas?por cuantas trochas, veredas y carreteras hemos cantado aquello de:

"La Mare de Déu

quan era xiqueta

anava a costura

a aprendre de lletra… "

Solé murió en la mañana de un domingo de julio. El sábado anterior estuvo en su parroquia,

oyó misa y recibió al Señor."

Otro caso más de religión en la escuela y católico practicante que acaba siendo un importantísimo científico a nivel internacional.

Religión