¿Sabes qué son las Congregaciones Marianas y cuál es su origen?

Estas asociaciones de laicos se remontan a 1553 de la mano de los jesuitas. El objetivo de estos grupos es alcanzar la santidad a través de la Virgen María

¿Sabes qué son las Congregaciones Marianas y cuál es su origen?

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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Dentro de la vida comunitaria de la Iglesia, existen varias agrupaciones de laicos. Entre estas destacan las Congregaciones Marianas. Las congregaciones marianas son asociaciones de laicos que deciden entregarse por completo a la Virgen, de modo que Ella les lleve a ser santos.

Las Congregaciones Marianas tienen su origen en los primeros años de la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola. En 1553, el profesor jesuita Jean Leunis reunió a un grupo de estudiantes del Colegio Romano para formarse y crecer en el ámbito espiritual. De esta forma, nace la primera Congregación Mariana. Esta agrupación fue aprobada por el Papa Gregorio XIII en 1584, con la bula Omnipotentis Dei.

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En 1773, Clemente XIV suprimió la Compañía de Jesús, aunque sería restaurada años más tarde. Con la desaparición de los jesuitas, las Congregaciones marianas pasan a ser congregaciones de derecho diocesano.

En 1948, Pío XII publica la bula Bis Saeculari, en la que da indicaciones concretas de vida a las congregaciones marianas, estimulando su renovación. Cinco años después, aprueba la creación de la Federación Mundial de Congregaciones Marianas.

La forma de vida de las Congregaciones Marianas

Desde su creación, las Congregaciones Marianas existen con un objetivo común, que es alcanzar la santidad a través de María. De hecho, el lema común de estas asociaciones es “Ad Iesum per Mariam” (“A Jesús por María”). Este lema se ve reflejado en el escudo que adoptaron estas agrupaciones, formando un anagrama con las letras P y X del crismón -que significan "Cristo"- y añadiendo la M en referencia a María.

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Esta entrega plena y para siempre a María, junto con los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, conforman los pilares básicos de la vida de las Congregaciones Marianas.

El motivo por el que se consagran a la Virgen es que María es el camino más rápido y seguro para llegar a Cristo. Si alguien busca ganar el Cielo, lo más sencillo es buscar a María, que es el perfecto ejemplo de vida orientada al cumplimiento de la voluntad de Dios.

Nos son pocos los pasajes del Evangelio en los que María se hace presente. Desde la Anunciación (Lc 1, 26-38) hasta su presencia, junto a Juan, al pie de la Cruz (Jn 19,25-27), pasando por otros como el Magnificat o el primer milagro de Jesús en Caná de Galilea. En todos ellos, la Virgen da una lección maternal de la que aprender a ser santos y a confiar en Jesús, acudiendo también a la intercesión de Su Madre.

Consagrarse a María, en definitiva, implica ponerse en primera línea en el camino a la santidad y tomarse la fe y la propia vida espiritual en serio. Ser congregante mariano lleva implícito el deseo real de ser santo y comprometerse a ello dando testimonio de Cristo con el ejemplo de la propia vida. Esto se hace acogiendo a la Virgen y dejándose acoger por Ella, para que transforme la propia vida y la haga fructífera para la mayor gloria de Dios.