El Papa, a las autoridades de Sudán del Sur: «Basta ya de sangre derramada y acusaciones de culpabilidad»

Francisco pide que se relance el proceso de paz y clama contra el tribalismo, la corrupción y el comercio de armas

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Enérgico llamamiento del Papa Francisco en aras de la paz a su llegada a Sudán del Sur, segunda etapa de este cuadragésimo viaje internacional del pontificado. En su primer discurso en el país, el que ha dirigido en la tarde de este viernes 3 de febrero, a las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en los jardines del palacio presidencial en Juba, la capital del país, el Santo Padre ha pedido paz para todo un pueblo que, “con gran dignidad” —ha dicho— “llora por la violencia que sufre, por la constante inseguridad, por la pobreza que lo golpea y por los desastres naturales que lo atormentan”.

“Basta”, ha pedido. “Señor Presidente, señores Vicepresidentes, en nombre de Dios, del Dios al que juntos rezamos en Roma; del Dios manso y humilde de corazón (cf. Mt 11,29), en el que mucha gente de vuestro país cree, ha llegado la hora de decir basta, sin condiciones y acusaciones recíprocas sobre quien haya sido culpable, basta de dejar al pueblo sediento de paz.Basta de destrucción, es la hora de la construcción. Hay que dejar atrás el tiempo de la guerra y propiciar un tiempo de paz”.



Francisco se ha dirigido al presidente Salva Kiir y a sus cinco vicepresidentes, entre otros miembros del gobierno, para decirles que la historia solo les recordará si hacen el bien a la población y trabajan por la paz. En caso contrario, les ha dicho, reducirán el país a “un cementerio”. “Amigos, es tiempo de pasar de las palabras a los hechos. Es tiempo de pasar página. (…) El proceso de paz y de reconciliación requiere un nuevo impulso”, les ha pedido.

Para el Papa, el diálogo ha ser reanudado “sin falsedades ni oportunismos” y se ha desterrar para siempre “el odio, el tribalismo, el regionalismo y las diferencias étnicas”. El camino tiene que ser el de “respetarse, conocerse y dialogar”, porque “si detrás de cada agresión hay rabia y rencor, y detrás de cada rabia y rencor está el recuerdo de las heridas, humillaciones y errores que no se han sanado”, no se avanzará jamás.

Los recursos, para el pueblo, no para “unos pocos”

Sudán del Sur es uno de los países más jóvenes del mundo. País de población negra y mayoritariamente cristiana, se independizó de su vecino del norte —árabe y musulmán— en 2011, pero desde entonces no ha conocido la paz, pues se ha visto continuamente envuelto en enfrentamientos internos de índole tribal por el control de sus muchas riquezas minerales, especialmente petróleo.

Francisco ha dicho a los políticos sursudaneses que los abundantes recursos naturales con los que Dios ha bendecido a su tierra no pueden quedarse en manos de “unos pocos”, y ha pedido que “los planes de reactivación económica se correspondan con proyectos dirigidos a una igual distribución de las riquezas”.



El Santo Padre ha hecho, asimismo, una firme defensa de la democracia y ha pedido que se garanticen la separación de poderes y los derechos humanos. Así —ha dicho— el poder judicial ha de poder actuar sin interferencias de los poderes ejecutivo y legislativos, y los ciudadanos han de “tener la libertad de expresar las propias ideas”, porque no hay paz sin justicia, pero tampoco justicia sin libertad, ha recordado citando a san Juan Pablo II.

Corrupción y tráfico de armas

El Pontífice ha pedido asimismo a los políticos que luchen contra la corrupción y no compren armas. “Debe detenerse el tráfico de armas que, a pesar de las prohibiciones, continúan llegando a muchos países de la zona y también a Sudán del Sur”, ha indicado. “Aquí se necesitan muchas cosas, pero ciertamente no hay ninguna necesidad de más instrumentos de muerte”.

Entre las cosas necesarias que ha mencionado están el “desarrollo de adecuadas políticas sanitarias”, infraestructuras vitales y la alfabetización del pueblo, “único camino para que los hijos de esta tierra tomen las riendas de su futuro”, ha dicho.

Peregrinación ecuménica por la paz

El Papa ha querido dejar constancia de que llegaba a Sudán del Sur como «peregrino de paz”, y que su presencia en el país junto al arzobispo de Canterbury primado anglicano, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields, constituía “una rareza”. La visita, en efecto, ha sido concebida como una “peregrinación ecuménica” por la paz.

Para conseguir frutos concretos en esta dirección, el Santo Padre ha pedido una mayor involucración, “incluso en los procesos políticos y de toma de decisiones”, de las mujeres y de los jóvenes. Por último, ha rogado que se proteja la labor impagable de los misioneros.“No los olvidemos y no dejemos de garantizarles a ellos y a los cooperantes la necesaria seguridad”, ha pedido.

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