El Papa clama por la unidad: "Que las divisiones eclesiales no influyan en quienes son evangelizados"

Desde Sudán del Sur, durante la oración ecuménica, Francisco pide trabajar por una paz "que integra las diversidades, que difunda el estilo de no violencia de Jesús"

Tiempo de lectura: 3’

“Para que el Señor de la paz intervenga ahí donde los hombres no alcanzan a construirla, es necesaria la oración; una tenaz, constante oración de intercesión”. Esta es la más importante de “las armas” con la que los cristianos puedan obrar bien “y tener la fuerza para caminar”. Así lo ha explicado el Papa Francisco durante el rezo de la oración ecuménica realizada junto al arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el Moderador de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields en su peregrinación de Paz en Sudán del Sur.

En el encuentro en el Mausoleo John Garang de Yuba, Francisco ha expresado que “la fuerza para salir adelante, superar los temores, entrever, aun en la oscuridad, la salvación que Dios prepara es la oración”. La oración, ha dicho, “atrae la salvación de Dios sobre el pueblo, y la oración de intercesión, es una obligación sobre todo para nosotros, pastores del Pueblo santo de Dios”.


Una paz que integre la diversidad

El Papa ha recordado las palabras del apóstol Pablo, "Cristo es nuestra paz", precisamente en el sentido del restablecimiento de la unidad." Él es aquél que de dos hace uno solo, «derribando el muro de enemistad que los separaba». Esta es la paz de Dios, no sólo una tregua a los conflictos, sino una comunión fraterna, que es el resultado de conjugar, no de disolver; de perdonar, no de estar por encima; de reconciliarse, no de imponerse".

Trabajar por una paz, ha subrayado el Papa, que “integra las diversidades, que promueve la unidad en la pluralidad”, porque el amor del cristiano “no es sólo para los que están cerca, sino para todos, porque cada uno en Jesús es nuestro prójimo, hermano y hermana, incluso el enemigo”. “Queridos hermanos y hermanas, quien se dice cristiano tiene que elegir de qué parte estar. Quien sigue a Cristo elige la paz, siempre; el que desencadena guerra y violencia traiciona al Señor y reniega de su Evangelio".

"Ámense los unos a los otros, como yo los he amado". El mandamiento de Jesús, ha dicho, "contradice cualquier visión tribal de la religión". Y pidió difundir “el estilo de no violencia de Jesús”, para que, en Quien se profesa creyente, "no haya más espacio para una cultura basada en el espíritu de venganza”, para que el Evangelio “no sea sólo un bonito discurso religioso, sino una profecía que se hace realidad en la historia”.



Ecumenismo en camino

Después de rezar y obrar, es necesario, ha enumerado el Santo Padre, “caminar”. En un país donde “a lo largo de décadas, las comunidades cristianas se han comprometido fuertemente en promover itinerarios de reconciliación”, con una herencia ecuménica que es “un tesoro precioso”, Francisco llamó a la memoria para subrayar que “antes de las divisiones históricas hay una realidad inmutable: somos cristianos, somos de Cristo”. "Que las divisiones eclesiales de los siglos pasados no influyan en quienes son evangelizados, sino que la semilla del Evangelio contribuya a difundir una unidad más grande. Que el tribalismo y la división en facciones, que alimentan la violencia en el país, no afecten las relaciones interconfesionales. Como en una carrera de relevos, tomen el testigo, para que de ese modo se acelere la llegada a la meta de la comunión plena y visible".

“Amémonos profundamente y de manera sincera”

Y porque “se camina hacia la unidad cuando el amor es concreto, cuando, unidos, se socorre a quien está marginado, a quien está herido y descartado”, Francisco ha subrayado el compromiso que ellos “ya realizan en tantos ámbitos”, como en la asistencia sanitaria, en la instrucción y en la caridad. “Queridos hijos, mis hermanos y yo vinimos como peregrinos en medio de ustedes, Pueblo santo de Dios en camino. Aun estando distantes físicamente, permaneceremos siempre cerca de ustedes”.



Religión