El Papa Francisco propone la “economía de Dios” frente a la “lógica de algoritmos"
El Pontífice ha preparado las meditaciones para el tradicional Vía Crucis desde el Coliseo, en Roma. En ellas, rechaza las dinámicas del mundo actual, marcadas por la “frialdad de los algoritmos y los intereses implacables”

El Papa Francisco durante el Vía Crucis en el Viernes Santo en el Coliseo de Roma
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El Papa Francisco propone la “economía de Dios” frente a la “lógica de algoritmos en sus Meditaciones para el Vía Crucis El Pontífice ha preparado las meditaciones para el tradicional Vía Crucis desde el Coliseo, en Roma. En ellas, rechaza las dinámicas del mundo actual, marcadas por la “frialdad de los algoritmos y los intereses implacables” Uno de los temas centrales tratados por el Papa Francisco para estas meditaciones es el contraste entre la "economía de Dios" y las economías actuales.
La economía divina "no mata, no descarta, no aplasta. Es humilde, fiel a la tierra”. En contraposición a las "economías inhumanas, fruto de lógicas frías e intereses implacables" y hechas "de cálculos y algoritmos", la vía de Jesús, la de las Bienaventuranzas, "no destruye, sino que cultiva, repara, custodia". El Papa insiste en que "el cambio de rumbo es volverse al Salvador". La condena a muerte de Jesús pone de manifiesto "el dramático juego de nuestras libertades".
las lecciones que maría y las mujeres en el camino al calvario nos enseñan
La confianza de Dios en nuestras manos puede generar "maravillas: liberando a quien es injustamente acusado, profundizando las complejidades de las situaciones, contrastando los juicios que matan". A menudo, sin embargo, nos convertimos en "prisioneros" de nuestros roles, reacios a cambiar de dirección, dejando caer la “posibilidad del camino de la Cruz".
A pesar de esto, Jesús ama en silencio, mostrando que "en cada circunstancia hay una elección que hacer", un "vértigo de la libertad". Francisco explica cómo las mujeres en el camino hacia el Calvario ofrecen valiosas lecciones. María, la primera discípula, muestra que el seguimiento de Cristo es un "descubrimiento continuo, hasta el Calvario" y un "hacer espacio a la novedad de Dios".

El Papa Francisco durante su reaparición el Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro, Vaticano
Hacer caer los muros, cancelar las deudas, anular las sentencias, establecer la reconciliación"
La Verónica, al limpiar el rostro de Jesús, nos invita a fijar la mirada en un rostro que revela "la decisión de amarnos hasta el último aliento: e incluso más allá, porque fuerte como la muerte es el amor". Las "hijas de Jerusalén" nos recuerdan la necesidad de "lágrimas de arrepentimiento de las que no avergonzarse" por nuestra "convivencia herida".
Las meditaciones escritas por Francisco, describen el camino hacia el Gólgota como un "éxodo hacia una tierra nueva", una "descenso que Jesús ha realizado hacia aquellos que ha amado, ‘hacia el mundo que Dios ama’". Cristo, "clavado", se sitúa "en medio entre las partes, entre los opuestos", actuando como mediador para llevarlos al Padre. Su cruz, dice el Papa tiene el poder de “hacer caer los muros, cancelar las deudas, anular las sentencias, establecer la reconciliación". Jesús se revela como "el verdadero Jubileo", mostrando una intimidad incluso con quienes lo destruyen y deseando salvar “todos, todos, todos".