El problema con el avión del Papa que puede afectarle en su primer viaje: deja en tierra a 6000 aeronaves y 15 heridos en un vuelo a Nueva York

El pasado 30 de octubre, un avión A320 de la aerolínea JetBlue, cubría un vuelo entre Cancún, México y el aeropuerto de Newark, al lado de la ciudad de Nueva York. A bordo iban unos 160 pasajeros. Todo transcurría de forma habitual, hasta que la aeronave perdió altura de forma súbita y repentina. La caída fue tal, que hasta 15 pasajeros tuvieron que ser trasladados al hospital una vez el avión fue desviado hacia Tampa, la capital de Florida, para un aterrizaje de emergencia lejos de su destino previsto. 

Un mes después, Airbus, la empresa que fabrica este modelo que es uno de los más utilizados en vuelos comerciales, ha dado con el problema y ha ordenado parar unos 6000 aviones A320 para revisar y corregir el fallo de uno de los componentes de la aeronave. Es un problema significativo para el Papa, que mañana mismo tendrá que coger un A320 para volar desde Turquía hacia Líbano.

Una reparación rápida

Aun así, por lo que ha comunicado la empresa líder en el sector, la reparación es rápida y apenas lleva unas dos horas por avión, así que se espera que el Pontífice no tenga ningún inconveniente para mantener su agenda como estaba prevista y aterrizar mañana a las 14:45 hora española en el Aeropuerto Internacional de Beirut.

El componente que está presentando errores, el que falló en aquel vuelo de JetBlue del 30 de octubre, es un sistema informático que se llama ELAC, siglas en inglés de Ordenador para Elevadores y Alerones. Es uno de los componentes clave para la manejabilidad del avión, puesto que traslada las órdenes del piloto a esos dos componentes de la aeronave, garantizando la estabilidad del avión. El modelo A320 tiene dos de estos sistemas informáticos, uno dedicado a los alerones y el otro para los elevadores y el estabilizador, de todas formas, si uno de los dos sistemas fallara, el otro puede asumir sus funciones.

Este sofisticado sistema, que está presente en muchas aeronaves, falla, en el caso del modelo A320, cuando se produce una radiación solar por encima de lo normal. Es eso lo que provocó la repentina caída del vuelo de JetBlue. Para solventarlo, simplemente hay que llevar a cabo una actualización del software del avión que lo protegería de una situación similar.

Consecuencias en el tráfico aéreo

La circunstancia ha provocado que miles de aviones hayan tenido que sufrir retrasos por todo el mundo. Las aerolíneas han tenido que frenar cientos de vuelos para hacer frente al problema, pero todas ellas esperan operar con normalidad durante lo que resta de fin de semana, que, además de los viajes del Papa, es el fin de semana de Acción de Gracias en Estados Unidos, por lo que millones de personas se desplazan en la que es una de las épocas de más tráfico aéreo en el país durante el año.

En este momento, el Vaticano no se ha pronunciado sobre el problema y tampoco se espera que lo haga, teniendo en cuenta que cuando el Papa tenga que utilizar el avión, el fallo estará corregido.