El Papa se encuentra con los jóvenes libaneses: "¡Sean la savia de esperanza que el país espera!
Ante miles de jóvenes cristianos del Líbano, el Papa ha presenciado un espectáculo de luces y los testimonios de solidaridad de algunos de ellos

El Papa se reúne con los jóvenes ante el Patriarcado de Antioquía de los Maronitas
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En la ciudad, cercana a Beirut, de Bkerké, se encuentra el Patriarcado de Antioquía de los Maronitas. Ante esta sede, tan significativa, miles de jóvenes libaneses se han agolpado para presenciar el discurso del Papa. Un discurso que les ha llamado a ser entusiastas, a representar la alegría y, como en un cedro, ser "la savia de esperanza que el país espera". Ante los testimonios de algunos de ellos, duras palabras de sufrimiento y de resiliencia, el papa ha destacado como, en los peores tiempos, contra los peores conflictos, han conseguido ser ejemplo de "valentía en el sufrimiento, esperanza en la desilusión, de paz interior en medio de la guerra".
los jóvenes han preguntado al papa
El Papa también ha respondido preguntas de los jóvenes, en primer lugar le preguntaban por el compromiso con la paz, algo que, como ha dicho el Papa, tiene su punto de firmeza en la esperanza que viene de Cristo, "que murió y resucitó para la salvación de todos". También respondió a otra pregunta sobre la fragilidad de las relaciones sociales y personales, cada vez más superficiales: "Incluso entre los más jóvenes, a veces, a la confianza en el prójimo se contrapone el interés individual; a la dedicación hacia el otro se prefiere el propio beneficio. Estas actitudes vuelven superficiales incluso palabras bellísimas como “amistad” y “amor”, que a menudo se confunden con un sentido de satisfacción egoísta. Si en el centro de una relación de amistad o de amor está nuestro yo, esa relación no puede ser fecunda. Del mismo modo, no se ama de verdad si se ama con fecha de caducidad, mientras dura un sentimiento. Un amor con vencimiento es un amor mediocre. Al contrario, la amistad es verdadera cuando dice “tú” antes que “yo”. Esta mirada respetuosa y acogedora hacia el otro nos permite construir un “nosotros” más grande, abierto a toda la sociedad, a toda la humanidad", decía el Papa.
También tuvo un recuerdo hacia Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis, canonizados en este Jubileo de los Jóvenes del año 2025. También ha recurrido al ejemplod e los santos y beatos libaneses, como yakub El-Haddad, que dedicó su vida a ayudar a aquellos que más lo necesitaban, también a san Chárbel, un ermitaño que se ha convertido en el símbolo del Líbano ante el mundo, y a santa Rafqa, ejemplo de resistencia ante la enfermedad.
El deseo de entusiasmo
Para terminar, el Papa les ha dedicado una frase de San Francisco de Asís: "Oh, Señor, hazme un instrumento de tu paz. Donde haya odio, que lleve yo el amor. Donde haya ofensa, que lleve yo el perdón. Donde haya discordia, que lleve yo la unión. Donde haya duda, que lleve yo la fe. Donde haya error, que lleve yo la verdad. Donde haya desesperación, que lleve yo la alegría. Donde haya tinieblas, que lleve yo la luz”. Con esa oración, el Papa les ha pedido que mantengan la alegría del evangelio y el entusiasmo cristiano. Tras ello, les ha dirigido un deseo: "Jóvenes libaneses, ¡crezcan vigorosos como los cedros y hagan florecer al mundo con esperanza!"
El compromiso de los jóvenes
Tras el discurso, el papa ha dirigido un rito de compromiso con la paz y la acción de los jóvenes para promoverla. Les ha bendecido, certificando el papel tan importante de los cristianos en Líbano como artífices de la paz. Porque, ese papel, esa labor invisible, la tienen muy clara el tercio cristiano que habita el país de los cedros. Son los pueblos con presencia de cristianos aquellos en los que la convivencia es más fácil y evidente. Son los cristianos los que, en plena lluvia de bombas israelíes contra Hezbolá y los chiíes, acogían en sus casas a las familias musulmanas que huían de la destrucción. La visita del Papa será sin duda un refuerzo para que sigan convencidos de la importancia de su cometido.





