El nuncio apostólico de Ucrania habla después de reunirse con el Papa León XIV: "No hay ni diez minutos de silencio entre explosión y explosión"

Vivaldas Kulbokas, arzobispo y nuncio apostólico en Kiev, se ha reunido con el Papa León XIV para hablar de la guerra, de la situación del pueblo ucraniano y del papel que debe tomar la Iglesia

Kulbokas con el Papa

Vatican News

Kulbokas con el Papa

Redacción Religión

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"Hemos hablado de lo que supone vivir sin poder conciliar el sueño, ni moverte libremente entre ciudades", contaba Vivaldas Kulbokas después de su reunión con el Papa León XIV, que añadía que la reunión fue larga y trató, principalmente, sobre el papel que la Iglesia católica debe asumir en relación con la guerra de Ucrania: "la conclusión fue que, nosotros, la Iglesia, incluso en los peores momentos, somos los testigos de lo que Dios puede hacer, a pesar de la debilidad y el pecado de los humanos, esa es nuestra esperanza", decía Kulbokas que se deshizo en agradecimientos al Santo Padre por haber compartido con él ese momento.

Restos de la Guerra de Ucrania

Restos de la Guerra de Ucrania

lA SITUACIÓN ES MUY DIFÍCIL

Kulbokas describió la situación en las diferentes ciudades del país, en Khersón, por ejemplo, la situación es muy complicada: "no pasan más de diez minutos de silencio entre ataque y ataque", cuenta el arzobispo que, añade que el estado de alerta constante es generalizado en ciudades como Odesa, Zaporiyia y Kharkov, donde los ataques también se suceden, aunque con menos frecuencia. Incluso en Kiev, que está más alejado del frente, es raro que pasen más de dos días sin un ataque masivo por la noche o por el día. Estos ataques, además del daño humano y material que provocan, también son muy dañinos a nivel psicológico, los habitantes de la ciudad no pueden dormir, no pueden acudir a sus trabajos, al banco, a los restaurantes, al médico, al colegio... La vida queda reducida al refugio de turno.

El arzobispo Kulbokas junto al cardenal Krajewski ante los restos de un ataque ruso

EFE

El arzobispo Kulbokas junto al cardenal Krajewski ante los restos de un ataque ruso

En cuanto al frente, Kulbokas asegura que lo único que quieren los soldados es que se les perdonen los pecados antes de morir. Muchos agradecen más la presencia de un sacerdote que la de un médico que, en muchos casos, con los medios tan mermados que tienen, no pueden hacer nada por ellos. El potencial que tiene la Iglesia para ayudar en este conflicto es, por tanto, muy alto, aunque sea para hacerlo desde un punto de vista psicológico.

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