León XIV, en el rezo del Rosario ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro: "La paz no es ultimátum, sino diálogo”

Miles de fieles han acompañado en la Plaza de San Pedro del Vaticano al Papa en el rezo del Rosario que ha estado presidido por la imagen de la Virgen de Fátima

Papa León XIV

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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Miles de fieles han acompañado en la Plaza de San Pedro del Vaticano al Papa León XIV en el rezo del Rosario por la Paz que ha tenido lugar en la tarde de este sábado, 11 de octubre. En el altar central se encontraba la imagen de la Virgen de Fátima, ante la cual el Pontífice ha rezado en silencio al inicio de la ceremonia. 

“Nos hemos reunido en oración esta noche junto con María, la Madre de Jesús, como solía hacerlo la primera Iglesia de Jerusalén”, ha expresado el Santo Padre dirigiéndose a la multitud que ha abarrotado la plaza.

“Todos unidos, perseverantes y con un mismo sentir, no nos cansamos de interceder por la paz, don de Dios que debe convertirse en nuestra conquista y nuestro compromiso”.

En el Rosario, enmarcado en el Jubileo de la Espiritualidad Mariana, León XIV ha invitado a los fieles a mirar a la Virgen como modelo de esperanza y fortaleza en medio de las tensiones que dividen al mundo. “Nuestra mirada como creyentes busca en la Virgen María la guía de nuestra peregrinación en la esperanza”, ha indicado, recalcando que “como ella, queremos ser un seno que acoja al Altísimo, movidos solo por el viento del Espíritu”.

"La paz No es disuasión, sino fraternidad; no es ultimátum, sino diálogo”

León XIV ha meditado sobre las palabras de Jesús a Pedro en el huerto de los olivos: “Envaina tu espada”, presentándolo como un mensaje urgente para nuestro tiempo, marcado por las guerras y la violencia: “Desarma la mano y, antes aún, el corazón. La paz es desarmada y desarmante. No es disuasión, sino fraternidad; no es ultimátum, sino diálogo”, ha puntualizado.

 

Ante la imagen de la Virgen de Fátima, el Papa ha lanzado de nuevo un fuerte llamado a los líderes del mundo, reclamándoles que “tengan la audacia de desarmarse”, y también dirige sus palabras a cada creyente: “Lo primero que hay que desarmar es el corazón, porque si no hay paz en nosotros, no daremos paz”.

El Santo Padre también ha recordado las palabras de María en las bodas de Caná: “Hagan todo lo que Él les diga”. León XIV las define como “el testamento de una madre” y un llamado permanente a vivir el Evangelio con coherencia. “Ella está segura de que su Hijo hablará; su Palabra no ha terminado, sigue creando, generando, llenando el mundo de primaveras”, ha explicado.

El Papa insiste en que la fe no puede quedarse en palabras, sino traducirse en acciones concretas. “Cumplan el Evangelio y la vida se transformará: de vacía a plena, de apagada a encendida”.

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