¿Cuál es el significado de los Huevos de Pascua?

En las últimas décadas, los huevos de Pascua, los postres de chocolate que todos conocemos, se han convertido en un verdadero símbolo de esta celebración, con implicaciones comerciales más o menos apreciadas. Sin embargo, la elección del huevo como símbolo de la celebración de la Pascua tiene orígenes mucho más antiguos, lo que nos lleva a recorrer siglos de historia para descubrirlos.

Antes de alcanzar el significado de la Pascua y de los huevos en la religión cristiana, de hecho, es necesario dar un paso atrás en el tiempo, hasta las antiguas religiones paganas, donde el símbolo del huevo estaba relacionado con el significado de la vida y a la sacralidad de la misma tierra. Desde los comienzos de la humanidad, el huevo fue sinónimo de fertilidad, esperanza y renacimiento. El huevo adquirió importancia dentro de la mitología egipcia cuando el ave fénix se quemó en su nido y volvió a renacer más tarde a partir del huevo que lo había creado en un principio. También los hindúes sostenían que el mundo había nacido de un huevo. Una forma perfecta que contiene una nueva vida.

Los huevos de Pascua en la tradición cristiana

Más tarde, el cristianismo tomó el simbolismo vinculado al huevo como símbolo de vida y resurrección, volviéndolo a conectar con el significado mismo de la fiesta sagrada de la Pascua, en la que se celebra la Resurrección de Jesucristo y se renueva la esperanza de la vida eterna en el Cielo. El huevo encarna una nueva vida dentro de sí mismo, así como el sepulcro, concretamente vacío, en realidad representa la posibilidad de una resurrección después de la muerte, hacia la otra vida.

Con el cristianismo, el huevo no es solo el renacimiento de la Naturaleza, sino del hombre mismo, es decir, el Cristo resucitado. Una leyenda muy popular cuenta la historia según la cual María Magdalena había anunciado la resurrección de Jesús al emperador Tiberio al presentarle un huevo pintado de rojo, para simbolizar la sangre de Cristo y, por lo tanto, la redención de la humanidad. A través de los siglos nació la tradición de traer huevos a la iglesia para ser bendecidos.

Huevos como regalo de Pascua

¿Cuándo y dónde surgió el hábito de intercambiar huevos por Pascua? Desde la Edad Media, el huevo se convirtió en un regalo para la servidumbre. En el mismo período, los huevos comenzaron a decorarse con motivo de la Pascua y a simbolizar, desde un punto de vista religioso, la resurrección del hombre en Cristo.

La tradición de intercambiar huevos como regalo en Pascua comenzó en Alemania, Italia y en Francia, pero ya en la Edad Media, comenzaron a fabricarse huevos artificiales para ofrecer como regalos. En sus comienzos, eran pintados a mano con colores estridentes que representaban la luz del sol. Luego pasaron a ser decorados con el uso de preciosos metales, como el oro, a menudo decorados con minucia y comisionados por los reyes a los artesanos para que pudieran ser donados durante la fiesta de la Pascua.

Los zares de Rusia no solo expresaron su pasión por los huevos de oro muy bien decorados, sino que también Eduardo I, rey de Inglaterra, entre los siglos XIII y XIV decidió encargar cientos de huevos de oro para ofrecerlos como regalos en ocasión de la fiesta de Pascua. Los huevos decorados más espectaculares destinados al zar de Rusia fueron obra del orfebre Peter Carl Fabregé, activo a finales del siglo XIX.

Huevos de chocolate

Hoy estos huevos finamente decorados del pasado han sido reemplazados por los más humildes huevos de chocolate, cuya realización puede llevarse a cabo en casa, utilizando chocolate negro y moldes especiales. Los clásicos huevos de Pascua de chocolate, preparados a mano y decorados, experimentan una mayor difusión en el extranjero, en comparación con España, donde dominan durante todo el período de Pascua los huevos de chocolate con una sorpresa dentro, embalados industrialmente y destinados especialmente para los más pequeños.