China detiene al obispo Shao Zhumin, por no adherirse a la 'Iglesia oficial' que controla el Partido Comunista

Pese al renovado acuerdo entre el Gobierno chino y el Vaticano, los obispos son constantemente presionados para someterse a la política religiosa comunista

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El obispo de Wenzhou (China), Mons. Peter Shao Zhumin, fue nuevamente secuestrado por parte de la policía del país, pese a su reconocimiento por el Vaticano. Se trata de la quinta vez que el religioso es secuestrado por el gobierno comunista que impera en el país asiático en los dos últimos años.

El Prelado fue llevado por la policía china para hacer “turismo”, expresión que emplea la policía para realizar interrogatorios y adoctrinamiento contra sacerdotes y obispos católicos y ejercer así el control sobre todas las actividades religiosas.

Durante los periodos de detenciones, los obispos son presionados para someterse a la política religiosa comunista, y en concreto, son obligados a unirse a la iglesia ‘oficial’ que controla el Partido Comunista.

En China se exige que los obispos católicos se registren ante el Gobierno como miembros de la llamada Asociación Patriótica Católica China, la Iglesia “oficial” que controla el Partido Comunista Chino. Esta decisión implica la adhesión al proyecto de una Iglesia independiente del Vaticano, algo que Mons. Shao rechaza.

Tras la triste noticia, los católicos en China pidieron rezar por la pronta y segura liberación de su obispo. “Recen para que el Señor le dé confianza y coraje, para que no se desmoralice por lo ocurrido; recen también para que se mantenga sano y lúcido, bajo la guía de Cristo, para que pueda volver cuanto antes con nosotros a pastorear su rebaño; recemos todos juntos”, dijeron.

Mons. Shao ha sido secuestrado sistemáticamente en fechas de celebraciones religiosas importantes para la Iglesia Católica que reúnen a muchos fieles, como son Navidad, Pascua y la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María. Esta vez se dio a pocos días de la Fiesta de Todos los Santos y la Fiesta de los fieles difuntos, celebradas el 1 y el 2 de noviembre, respectivamente.

El secuestro de Mons. Shao se dio pese al acuerdo que el Vaticano firmó con el gobierno chino sobre el nombramiento de obispos. No obstante, el acuerdo no ha servido para frenar la persecución de los católicos chinos, especialmente de los obispos que no son “oficiales”.

Otros obispos perseguidos son Mons. Jia Zhiguo, que está bajo arresto domiciliario, y Mons. Joseph Zhang Weizhu, detenido junto con siete sacerdotes y 10 seminaristas entre el 20 y 21 de mayo, y sometido a sesiones políticas. Además, a otros obispos como Mons. Guo Xijin, se les ha cortado el suministro de agua, electricidad y gas en sus hogares, indicó.

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