Ante la violencia desatada en el norte de Nigeria, los obispos alzan la voz: "vulnera los derechos de las minorías cristianas"
Los obispos de Nigeria denuncian la violencia desatada de los grupos yihadistas, liderados por Boko Haram, que actúan contra cristianos y no cristianos en el norte del país

Los cristianos sufren la violencia yihadista en Nigeria
Madrid - Publicado el
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Un viernes cualquiera los más de 600 alumnos de la escuela de Santa María de Papiri, en Nigeria, acuden a recibir sus clases. El norte del país está sumido en una gravísima crisis de violencia desatada por grupos yihadistas que matan y arrasan indiscriminadamente, aunque con especial saña hacia los objetivos cristianos. En un país en el que casi la mitad son cristianos, esta persecución está siendo especialmente cruenta, las familias que van a la escuela de Santa María, lo saben, pero aun así, siguen acudiendo a clase.

Una persona tras un ataque en Nigeria
El viernes 21 de noviembre, los yihadistas llegan al centro de enseñanza católico y secuestran a más de 300 personas. El centro estaba "protegido" por algunos guardias que, sin armas, apenas pudieron hacer frente a los terroristas. Los niños fueron arrancados de sus refugios y se los llevaron en camiones por decenas. El gobierno, bajo la amenaza de Trump que aseguró que no estaban haciendo lo suficiente para garantizar la seguridad, comunicó que estaba desplegando medios militares para recuperar a los secuestrados. Sin embargo, una semana después, tan solo 50 niños han escapado del cautiverio. El presidente Tinubu, con cierta desesperación, quiso apuntarse el tanto de esa cincuentena de niños, pero la realidad es que fueron ellos quienes consiguieron, de alguna forma, huir de sus captores.
Los obispos han denunciado la situación
Los obispos nigerianos advierten de su profunda preocupación, aseguran que no solo los cristianos son víctimas de los ataques, también han sido masacrados muchos musulmanes en lo que es una escalada de violencia que pone de manifiesto la enorme inestabilidad del Sahel, desde Sudán a Nigeria, pasando por Burkina Faso, Níger o Mali. Allá donde hay inestabilidad, hay caos, hay violencia y eso, en África, es sinónimo de yihadismo. Antes era Al Qaeda, ahora también es el Estado Islámico y grupos como Boko Haram los que aterrorizan a la población, sin importar su origen, ni su religión, aunque con especial ensañamiento contra los cristianos, grandes víctimas del odio que nace del radicalismo islámico.

Las masacres en Nigeria contra los cristianos continúan
"Es motivo de grave preocupación que varias comunidades predominantemente cristianas, hayan sufrido repetidos y brutales ataques, que han causado numerosas víctimas y la trágica pérdida de muchas vidas cristianas", aseguran los obispos nigerianos, en una denuncia a la que se ha unido Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Como siempre pasa, en cualquier catástrofe, en cualquier tragedia hay quien busca aprovechar el tirón y sacar beneficio político. Ante eso se han pronunciado los obispos, que han querido desmentir las acusaciones de genocidio cristiano en Nigeria, asegurando que no solo los cristianos son objetivo de esta violencia desmedida: "nos preocupa igualmente profundamente que los musulmanes y muchos otros ciudadanos inocentes de diversos orígenes étnicos también hayan sido víctimas de esta misma crueldad, que continúa profanando nuestra humanidad común (...) En lugar de enfrascarnos en discusiones divisivas sobre quién ha sufrido más pérdidas, deberíamos unirnos para defender la sacralidad de cada vida humana y proteger a los vulnerables...La paz no es responsabilidad de unos pocos. Es deber de todos", continúa la nota de la Conferencia Episcopal de Nigeria.
Desesperación por una violencia que se eterniza en el tiempo
Al secuestro de Papiri, se unen otros muchos sucesos: el secuestro de 25 jóvenes en Kebbi y 13 agricultoras en Borno, la masacre de más de 70 personas en Taraba Sur y el desplazamiento de miles de personas allí, entre otros. Casi 160 mil personas, más de 100 mil cristianas han sido asesinadas en Nigeria por la violencia yihadista en los últimos 15 años.





