Turín llora la muerte del cardenal Poletto, arzobispo emérito y apasionado Custodio de la Sábana Santa

Entre los momentos más importantes de su vida en Turín, se recuerda el encuentro con las familias de los trabajadores fallecidos en el trágico incendio en la empresa ThyssenKrupp

Tiempo de lectura: 3’

La ciudad de Turín en Italia llora la muerte del arzobispo emérito, el cardenal Severino Poletto, que falleció el pasado sábado tras una larga enfermedad. Tenía 89 años y se había retirado en un pueblo cercano a Turín tras renunciar en el 2010 a dirigir la archidiócesis, de la que había sido párroco durante más de 10 años, desde el 1999.

Su episcopado en Turín, como se puede leer en la página de la archidiócesis, “estuvo marcado desde el principio por la grave crisis que afectó a la FIAT y, en consecuencia, a toda la industria automovilística. En el año 2000, Poletto promovió una importante conferencia en la que la Iglesia en Turín abrió una “mesa redonda” con todas las instituciones, los interlocutores sociales, los organismos educativos y el sistema crediticio con un objetivo claro: potenciar el diálogo mutuo como principal instrumento para superar una crisis que, desde el principio, no solamente afectó a la empresa sino incluso a todo el territorio”.



El Papa Francisco, en un telegrama enviado al arzobispo de Turín, Roberto Repole, ha expresado su tristeza por la muerte del cardenal Poletto: "Pienso en este hermano que dio su vida como Pastor del pueblo santo de Dios, primero como párroco en la cárcel de Casale, atento a los laicos y comprometido en el espíritu de la evangelización en el mundo del trabajo; luego como obispo de Fossano, dedicado en particular a las familias, los jóvenes y a la promoción de la catequesis; como obispo de Asti, favoreció las misiones diocesanas, desarrollando sus capacidades de gobierno en la reorganización de la Iglesia en el territorio".

Ya como arzobispo de Turín, recuerda el Santo Padre, "estuvo cerca de los sacerdotes e impulsó la evangelización a través de significativos eventos públicos. Recordando el ministerio de este siervo fiel, que con justicia y compromiso ofreció su vida al Señor y a la Iglesia, encomiendo su alma a Jesús Buen Pastor para que, por la intercesión de la Santísima Virgen María y de San Juan el Bautista, pueda acogerlo en la Ciudad Eterna".



Entre los momentos más importantes de su vida en Turín, se recuerda el encuentro con las familias de los trabajadores fallecidos y heridos en el trágico incendio en la empresa ThyssenKrupp. De sus actividades pastorales, se recuerda sobre todo el gran plan de “misiones” que implicó a toda la diócesis en un viaje de varios años.

Poletto fue creado cardenal por san Juan Pablo II en el Consistorio del 24 de febrero de 2001, en la basílica de San Pedro, junto con otros 36. Fueron los primeros cardenales del tercer milenio cristiano.



Como buen arzobispo de Turín, fue también un apasionado Custodio de la Sábana Santa: dirigió las dos exposiciones del 2000 y del 2010, en las que Benedicto XVI intervino como peregrino. También fue responsable de la decisión de llevar a cabo las obras de restauración de la Sábana Santa, que permitieron "limpiarla" de los materiales acumulados en los últimos siglos, tras el incendio de Chambéry de 1532, y que ahora ofrece una imagen más nítida del icono.

En el año 2000, Poletto acogió a científicos de todo el mundo reunidos en el primer Simposio Internacional de Estudios sobre la Sábana Santa y, durante la Exposición, a numerosos cardenales, arzobispos y obispos que acudieron a encabezar la peregrinación de sus comunidades a la reliquia.

El 11 de octubre de 2010, Benedicto XVI aceptó su renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis de Turín, presentada por haber alcanzado el límite de edad. Le sucedió el arzobispo Cesare Nosiglia, hasta entonces obispo de Vicenza. Poletto también había participado en dos cónclaves: el del 2005, cuando fue elegido Joseph Ratzinger, y el del 2013, para la elección del Papa Francisco.

ctv-tdc-64011891001977c8c4276c0ace3255b8


Religión