Un sacerdote periodista, víctima de los nazis, entre los nuevos santos de este domingo
Más de 70 informadores católicos piden al Papa que declare al carmelita holandés Tito Brandsma copatrón de los periodistas junto a san Francisco de Sales
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Entre los nuevos beatos que el Papa Francisco canoniza este domingo, 15 de mayo, hay un sacerdote periodista. Se trata del religioso carmelita holandés Tito Brandsma, asesinado por los nazis mediante una inyección letal en 1942 en el campo de concentración de Dachau.
El padre Brandsma era el presidente de la Asociación Holandesa de Periodistas Católicos cuando Alemania invadió Holanda durante la Segunda Guerra Mundial. Siempre manifestó su oposición a la difusión de la ideología y propaganda nazi —visitaba a los editores de los medios para que no se plegasen a los dictados de los invasores— y esa su compromiso, junto a la defensa de la verdad, acabaron por costarle la vida. Unos meses después de su detención fue trasladado al campo de concentración de Dachau, donde fue asesinado. Su muerte se produjo el 26 de julio de 1942, el mismo domingo en que los obispos holandeses hacían leer en todas las iglesias su valiente protesta contra las deportaciones de judíos.
Brandsma fue un «mártir de la libertad de expresión contra la tiranía de la dictadura», dijo de él san Juan Pablo II en la ceremonia en que lo proclamó beato el 5 de noviembre de 1985.
Propuesto como patrón de los periodistas
Con ocasión de la canonización, más de 70 informadores católicos de diferentes países han dirigido ahora una carta al Papa Franciscoen la que le piden que lo proclame copatrón de los periodistas.
«El actual patrón del periodismo es Francisco de Sales. Es, sin duda, un santo hombre de fe y de gran mérito, pero no fue un periodista en el sentido moderno de la palabra. Tito Brandsma lo fue», recuerdan al Santo Padre.
El religioso carmelita —añaden— trabajó como «redactor jefe» en un periódico y se esforzó por establecer «una formación profesional para los periodistas». «Nosotros, periodistas católicos, reconocemos en Titus Brandsma a un compañero de profesión y a un creyente de gran prestigio. Alguien que compartía la misión más profunda que debe impulsar el periodismo en los tiempos modernos: la búsqueda de la verdad y la veracidad, la promoción de la paz y el diálogo entre los pueblos».
Este nuevo santo de la Iglesia, subrayan, «se opuso, de palabra y de obra, al lenguaje de odio y división que se estaba imponiendo en aquella época», e igualmente a lo que ahora describimos como «fake news».
Los periodistas católicos dicen al Santo Padre que consideran al padre Brandsma «un amigo y un defensor de toda nuestra profesión, de hecho, un santo patrón del periodismo».
