Los obispos de Cuba hacen un llamamiento urgente a los responsables políticos para que hagan algo por "salvar la isla"
A través de una carta que lleva por título 'Peregrinos de Esperanza', la COCC apunta que "sin alegría no hay futuro para ningún pueblo"

San Juan Pablo II en su vista durante seis días a la isla de Cuba en 1998
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La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) afirmó este domingo que la realidad "dolorosa y apremiante" en la isla necesita "cambios estructurales, sociales, económicos y políticos", y llamó a quienes tienen "responsabilidades más altas" a "hacer algo por salvar a Cuba" y devolver la esperanza".
'peregrinos de esperanza', la carta de los obispos de cuba para que la situación cambie
En un mensaje inusualmente directo y explicito titulado "Peregrinos de esperanza", los obispos reflexionaron sobre la difíciles condiciones en que viven los cubanos y animaron a "cambiar el rumbo de esta situación" sin "miedo".
"Son muchos los que viven desesperanzados, aprisionados por la incertidumbre y la confusión ante un presente dramático y un futuro que no se acaba de ver con claridad, porque se tiene la impresión de que hemos perdido los resortes, el dinamismo y la voluntad para cambiar las durísimas condiciones de vida del pueblo", señalaron.

El secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados y los Organismos Internacionales, Paul Richard Gallagher (d), saluda al canciller cubano, Bruno Rodríguez. EFE/ Ernesto Mastrascusa
Sobre la crisis económica subrayaron que "la cotidianidad obliga a la búsqueda afanosa de los bienes primarios, la falta prolongada de corriente eléctrica afecta el descanso y paraliza el estudio y el trabajo; las familias se fragmentan cada vez más por la emigración creciente, y el desencanto y la apatía se apoderan de tantos, agobiados por la repetición de promesas que no se concretan nunca".
"Con desesperanza y sin alegría no hay futuro para ningún pueblo", sostuvieron los obispos en la misiva.
Se refirieron asimismo a "los pobres, los ancianos solos y abandonados, los que duermen o deambulan por las calles, los que buscan comida diariamente en los contenedores de basura, los que no logran dormir en las interminables noches de apagón, los padres de familia agobiados por el futuro incierto que vislumbran para sus hijos".
¡No tengamos miedo de emprender nuevos caminos!", así como de "tender puentes" y de "diálogo"
También citaron a los que "están resentidos o rotos y se vuelven cada vez más violentos, los que no sienten que pueden expresar libremente sus convicciones, los que se enrolan en el alcohol, las drogas y otras adicciones, carentes de amor y vaciados de esperanza".
La COCC afirmó que la pregunta "¿cómo revitalizar la esperanza de tantos cubanos?" es "seria e impostergable" y reclama el concurso de todos "sin exclusiones ni respuestas preconcebidas o ideológicas".
cambio de rumbo
La carta afirmó que "la realidad dolorosa y apremiante" del país "exige cambiar el rumbo de esta situación (...) y "hay que hacer algo para salvar a Cuba y devolvernos la esperanza".
"Este reclamo es una invitación a todos, pero fundamentalmente a los que tienen responsabilidades más altas a la hora de tomar decisiones para el bien de la nación", recalca.
Consideraron que es el momento de "crear un clima, sin presiones ni condicionamientos internos y externos, donde se puedan llevar adelante los cambios estructurales, sociales, económicos y políticos que Cuba necesita".

El grupo que conforma la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, COCC
Los obispos remarcaron su deseo de "dar una palabra de aliento: ¡No tengamos miedo de emprender nuevos caminos!", así como de "tender puentes" y de "diálogo" para "encontrarse más que de confrontarse".
Este pronunciamiento tiene lugar tras la visita a la isla hace una semana del secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados y Organismos Internacionales, Paul Richard Gallagher, la primera de un alto representante del Vaticano tras el inicio del pontificado de León XIV.
Gallagher, destacó el papel de la iglesia Católica, y de la diplomacia de la Santa Sede, para promover los "derechos y libertades" así como la "abierta comunicación" para "construir puentes" y resaltó la importancia destacó del "diálogo" como una herramienta "eficaz para la resolución de conflictos"