Continua la violencia en la República del Congo: "¡Detengan las masacres y traigan la paz!"

Se han producido masacres cada semana, “casi a diario”. La última durante un funeral, donde murieron 89 personas

Ana Palacios de Elías

Madrid - Publicado el

3 min lectura

La violencia en la República Democrática del Congo continúa sin cesar, el último ataque en la zona de Ntoyo, en Kivu del Norte, atribuido al grupo armado ADF (Fuerzas Democráticas Aliadas), que causó al menos 89 muertos, ha provocado un mayor desplazamiento de la población civil.    

ATACARON DURANTE UN FUNERAL  

"Otra masacre horrible". Con estas palabras, monseñor Melchisédech Sikuli Paluku, Obispo de Butembo-Beni, describe la sangrienta violencia que la semana pasada, en la noche del 8 al 9 de septiembre, azotó la aldea de Ntoyo, en Kivu del Norte, en el este de la República Democrática del Congo. 

Los habitantes, en su mayoría católicos y protestantes, se disponían a asistir a un funeral cuando, desde un bosque cercano, una columna de hombres armados atacó a la población indefensa. Al menos 89 personas murieron y decenas de viviendas y vehículos fueron incendiados en el ataque atribuido a las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), un grupo rebelde de origen ugandés que ha jurado lealtad al autodenominado Estado Islámico (EI).

Esta es una de las numerosas facciones armadas activas en el conflicto en el este del Congo, que lleva más de 30 años en curso y que también incluye a la milicia M23 apoyada, según expertos de la ONU, por al menos 4.000 soldados ruandeses, aunque Kigali siempre ha negado cualquier acusación sobre su papel en la guerra que se libra en el país africano.

VIOLENCIA Y MASACRES COTIDIANAS    

Tras el ataque a Ntoyo, los residentes, aproximadamente 2.500, abandonaron la zona y buscaron refugio en la cercana ciudad minera de Manguredjipa, a 7 km. El ejército de Kinshasa también esta acampado allí, junto al cual se han desplegado tropas ugandesas desde 2021. 

Desde 2014, se han producido masacres cada semana, “casi a diario", afirma Justin Muhindo Masinda, Presidente de la asociación "Familia Misionera Sin Fronteras" de Butembo, que gestiona proyectos educativos, sanitarios y de desarrollo humanitario en Kivu del Norte y en Ntoyo, su pueblo natal. En el ataque de la semana pasada, la casa de su familia fue incendiada, y Justin, voluntario católico laico de la diócesis de Butembo-Beni, acoge ahora a 23 personas desplazadas por la última ola de violencia, incluidos sus propios familiares.

 Ataques no solo en Ntoyo  

Justin recuerda que en los últimos días se han producido ataques similares en aldeas cercanas, como parte de una violencia generalizada que en julio tuvo como blanco a un grupo de fieles reunidos para el culto y a jóvenes en adoración Eucarística en la iglesia católica de la aldea de Komanda, en Ituri. El Papa León XIV expresó su cercanía y profundo pesar a esa comunidad, rezando para que la sangre de esos "mártires" sea "una semilla de paz, reconciliación, fraternidad y amor para todo el pueblo congoleño". 

La gente, reflexiona Justin, "necesita paz, porque solo así podremos estudiar, recibir tratamiento y pensar en el desarrollo. Pero sin ella, no podemos ir al campo a cultivar. Actualmente, hay muchos niños que no pueden ir a la escuela y muchos hospitales y centros de salud han sido destruidos. Por eso, decimos a nuestros gobiernos y a la comunidad internacional que simplemente necesitamos que alguien nos diga: 'Traigo la paz, y ya no habrá más muertes'".

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