Congo y Sudán del Sur, dos países muy ricos con poblaciones muy pobres

El anunciado para julio será el quinto viaje del Papa Francisco al continente africano

Tiempo de lectura: 5’

Ayer jueves, 3 de marzo, la Santa Sede anunció que el Papa visitará en julio la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, dos países que llevaban tiempo «sonando» como posibles destinos. «Por invitación de sus respectivos Jefes de Estado y Obispos —dice la comunicación de la Sala de Prensa— Su Santidad el Papa Francisco realizará un Viaje Apostólico a la República Democrática del Congo del 2 al 5 de julio de 2022, visitando las ciudades de Kinshasa y Goma, y a Sudán del Sur del 5 al 7 de julio, visitando Juba». La nota añade que «el programa y los detalles» del mismo se anunciarán a su debido tiempo».

Este será el quinto desplazamiento de Francisco al continente africano. Antes acudió a Kenia, República Centroafricana y Uganda (noviembre de 2015), Egipto (abril de 2017), Marruecos (marzo de 2019), y Mozambique, Madagascar y Mauricio (septiembre de 2019).

R.D. del Congo: un país lleno de riquezas sometido a los intereses de las potencias

El Papa irá en primer lugar a la República Democrática del Congo (RDC), que con 2,3 millones de kilómetros cuadrados es el país más extenso de África, al margen de Argelia. Su capital, Kinshasa, está situada a orillas del río que da nombre a la nación, y en ella viven entre 8 y 13 de los 87 millones de habitantes de la RDC. Kinshasa se halla al este, en la frontera con el otro Congo, que tiene como capital a Brazzaville.

ctv-nd8-kinshasa

Goma, la otra ciudad a la que se ha confirmado irá el Papa, está en el oeste, en la otra punta del país. Tiene unos 160.000 habitantes y es la capital de la provincia del Kivu Norte. En esta zona de la región de los Grandes Lagos operan desde hace tiempo grupos armados que en los últimos meses han cometidos matanzas, algunas de ellas en campos de refugiados. El pasado 2 de febrero fue asesinado en esta área un joven sacerdote: el P. Richard Masivi Kasereka, de 35 años, a quien el Santo Padre recordó en la audiencia general del 16 de febrero. La región está todavía sin pacificar. En agosto de 2018 en el Kivu Norte se desató un brote de ébola, el peor de cuantos ha conocido el país hasta la fecha.

La mayor parte de los congoleños son cristianos. Los católicos suponen el 50% de la población, y los protestantes, el 20%. Además de las religiones tradicionales y sectas sincretistas, en la RDC hay además un 10% de musulmanes. La Iglesia católica cuenta con 1 cardenal, 7 arzobispos y 56 obispos. El cardenal es el arzobispo de Kinshasa, Fridolin Ambongo Besungu. El purpurado, de 62 años, representa actualmente al continente africano en el Consejo de Cardenales, tras el fallecimiento del cardenal Monsengwo, también congoleño, su predecesor en Kinshasa.

La RDC ha sido visitada por un Papa en dos ocasiones, ambas por san Juan Pablo II, cuando el país se llamaba Zaire. El primer viaje tuvo lugar del 2 al 6 de mayo de 1980, y el segundo del 14 al 16 de agosto de 1985. En la RDC viven más de 200 grupos étnicos, siendo la mayoría de ellos bantúes.

El Congo es un país con inmensas riquezas minerales. Además de cobre, cobalto, oro o diamantes, de ahí procede la mayor parte del preciado coltán usado para la fabricación de teléfonos móviles y en la industria aeroespacial. Gran parte de su población, sin embargo, vive en extrema pobreza. Se cree que más de 13 millones de personas necesitan ayuda humanitaria. En el Informe sobre Desarrollo Humano de la ONU 2020, el último elaborado hasta la fecha, ocupa el puesto 175, de un total de 189 países.

El Congo fue durante décadas propiedad personal del rey belga Leopoldo II. Las potencias europeas se lo entregaron en la Conferencia de Berlín de 1884, en la que se repartieron África. El país no obtuvo la independencia hasta 1960. En la actualidad, su presidente es Félix Tshisekedi, quien tomó el relevo de Joseph Kabila el 24 de enero de 2019.

Sudán del Sur: un país por construir

Sudán del Sur, de un tamaño superior al de España (644.000 kilómetros cuadrados) y unos 13 millones de habitantes, es uno de los países más jóvenes de África. Consiguió la independencia de su vecino del norte en 2011, después de décadas de guerra. Sudán, el del norte, es árabe y musulmán, mientras que la población de Sudán del Sur es negra y cristiana.

A la independencia siguió en 2013 una cruenta guerra civil que dejó decenas de miles de muertos y millones de desplazados y refugiados. La paz solo fue posible tras grandes esfuerzos. En 2018 se alcanzó un esperanzador acuerdo en Addis Abeba gracias a la mediación de la Comunidad de Sant´Egidio. Posteriormente, en abril de 2019, el Papa Francisco dejó una de las imágenes del pontificado al recibir en el Vaticano a los principales líderes sursudaneses —entre ellos Salva Kiir y Riek Machar, presidente y vicepresidente primero hoy, respectivamente— y besarles los pies para rogarles que dejaran de matarse y alcanzaran un acuerdo de paz.



Pese a sus grandes riquezas naturales, especialmente petróleo, Sudán del Sur es también pobre, muy pobre. En el citado Informe sobre Desarrollo Humano de la ONU ocupa el puesto número 186, solo por delante de Chad, la República Centroafricana y Níger.

Hace unos pocos años estaban desnutridos allí el 31% de los niños menores de cinco años; el 40% de las casas no tenía acceso al agua potable; y solo uno de cada cuatro adultos estaba alfabetizado. La inmensa mayoría de la población practica agricultura de subsistencia y la esperanza de vida es de solo 56 años para los hombres y 59 para las mujeres. En todo el país hay escasamente 200 kilómetros de carreteras asfaltadas (casi todos en la autopista que une Juba con Uganda), los mismos, más o menos, que de vías férreas.

En el país al que acudirá el Pontífice los días 5-7 de julio hay, como en el Congo, decenas de etnias, siendo las más numerosos la dinka (35% de la población) y la nuer (15%).

La mayor parte de su población es cristiana. Aunque no hay estadísticas oficiales fiables, se calcula que en torno al 70% de sus habitantes creen en Jesucristo. La mayoría son católicos (un 36% más o menos), pero las Iglesias anglicana (20%) y protestante tienen también gran presencia. Siempre se ha dicho que el Papa acudiría a Sudán del Sur acompañado por el primado anglicano, Justin Welby, pero a la hora de elaborar esta información ni el arzobispo de Canterbury en su cuenta de Twitter ni la Iglesia de Inglaterra en su web aludían a esta posibilidad.

En Sudán del Sur la Iglesia católica cuenta con una archidiócesis (Juba) y seis diócesis: Malakal, Rumbek, Tombura-Yambio, Torit, Wau y Yei. Juba, la capital, la ciudad a la que acudirá Francisco, tiene unos 600.000 habitantes.

ctv-ws7-juba

El presidente de la Conferencia Episcopal —a la que pertenecen también los obispos de las dos diócesis de Sudán: Jartum y El Obeid— es el obispo de Torumba-Yambio, Edward Hiiboro Kussala. Entrevistado por ECCLESIA en 2019, el prelado reconocía ya entonces que los cristianos estaban esperando al Papa «con los brazos abiertos».

En abril del año pasado, no obstante, el obispo electo de Rumbek, el italiano Christian Carlassare, fue víctima de un atentado semanas antes de la fecha prevista para su toma de posesión. Unos meses después, también, el 15 de agosto, hombres armados asesinaban a sangre fría en la carretera Juba-Nimule a dos religiosas de la Congregación del Corazón de Jesús.

Religión