Cáritas acompaña a cerca de 85.000 personas en República Democrática del Congo y Sudán del Sur

Conflictos armados, desastres climáticos y epidemias someten a las comunidades de estos países a una constante violación de sus derechos

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Los conflictos y la violencia que sacuden a Sudán del Sur y República Democrática del Congo han llevado a que buena parte de su población viva en una permanente crisis humanitaria. El cambio climático y la inseguridad alimentaria han agravado la situación provocando que el número de personas que se han visto obligadas a dejar sus hogares sea cada vez mayor. Ambos países se preparan estos días para recibir la visita del Papa Francisco, su primer viaje internacional en 2023.



Cáritas Española está presente en estos territorios a través de varios programas de ayuda humanitaria, que han logrado acompañar a cerca de 85.000 personas en los dos últimos años. Gracias a la colaboración de entidades diocesanas, administraciones regionales y la Agencia de Cooperación Internacional, Cáritas Española ha conseguido invertir más de 3 millones de euros. Esos fondos han sido destinados sobre todo a la entrega de alimentos de emergencia, apoyo a las familias desplazadas, y proyectos de promoción de la cohesión social y construcción de paz.

“Conflictos armados, luchas étnicas, pugna por el control de los recursos naturales, incidencia de epidemias (sarampión, cólera, SIDA, Ébola, COVID) y de catástrofes naturales (inundaciones, sequías, lluvias torrenciales, etc.) someten a las comunidades de estos países a una constante amenaza de violación de sus derechos”, explica Fátima Zidan del equipo de Cooperación Internacional de Cáritas Española.

El segundo país del mundo con más refugiados

En el caso concreto de Sudán del Sur, Cáritas Española lleva apoyando la Cáritas del país desde su creación en 2011. Con una inversión de 1.026.000 euros, ha financiado en los dos últimos años distintas iniciativas para sostener a los refugiados recientemente retornados con insumos agrícolas, y sistemas de agua y saneamiento. Además, apoya programas de construcción de paz, debido al importante repunte de los conflictos y acciones armadas entre comunidades, sobre todo motivados por cuestiones económicas, con una atención específica a la prevención de la violencia de género, ya que las mujeres en contextos de crisis humanitaria u conflicto enfrentan mayores riesgos.

Un total de 48.000 personas se han beneficiado de todas estas iniciativas en los últimos dos años. Sudán del Sur, el país más joven del mundo desde la declaración de independencia en 2011, sigue sumido en la violencia. A pesar de los acuerdos de paz de 2018, los esfuerzos y el optimismo se han alternado con episodios dramáticos relacionados con la violencia. El conflicto armado entre fuerzas militares y paramilitares, los desastres climáticos continuados y los efectos socioeconómicos de la pandemia de Covid-19 y de la guerra en Ucrania han complicado en los últimos dos años las posibilidades de recuperación.

La combinación de todos estos factores continúa provocando la profundización de una crisis humanitaria permanente. En 2023 se estima que 9,4 millones de personas (el 76% de la población total) necesitarán asistencia humanitaria de algún tipo (4,9 millones son menores). De este total, 6,31 millones se encuentran en inseguridad alimentaria grave. Después de Siria, Sudán del Sur es el segundo país del mundo con mayor número de refugiados y de ellos el 80% son mujeres y niños. Dos millones de personas se han desplazado dentro del país y 2,3 millones lo han abandonado como consecuencia del conflicto, la violencia y la ausencia de medios de vida.

Crisis humanitaria compleja

La República Democrática del Congo (RDC) sigue viviendo una de las crisis humanitarias más complejas del mundo. Los conflictos armados y las graves violaciones de los derechos humanos (DDHH), incluida la violencia sexual y las graves violaciones contra los niños, siguen empujando a millones de personas a buscar seguridad lejos de su hogar. En 2022, ha habido casi 6 millones de personas desplazadas en el interior del país, la cifra más alta del continente africano.

Una gran mayoría de los desplazados son mujeres y niños. Durante su huida, se enfrentan a riesgos específicos de protección, como la violencia sexual o el reclutamiento forzoso en las mismas localidades donde se refugian. Los constantes enfrentamientos armados agravan la seguridad alimentaria de millones de congoleños. Según datos de Naciones Unidas, uno de cada cuatro padece desnutrición aguda (6,4 millones de personas). Principalmente se trata de niños menores de 5 años, una cifra que no ha disminuido en los últimos 20 años.

Frente a esta situación, la respuesta de Cáritas Española se encuentra alineada con el Plan de Respuesta humanitaria internacional, centrado especialmente en personas desplazadas, infancia, víctimas de violencia de género, madres y personas con discapacidad. Con una inversión de más de 2 millones de euros, Cáritas Española apoya acciones humanitarias para cubrir las necesidades prioritarias, a través del reparto de artículos esenciales con el objetivo de reforzar la seguridad alimentaria de las comunidades más vulnerables. También sostiene proyectos para acompañar tanto a familias desplazadas como a familias de acogida, reforzando la producción agrícola y las iniciativas de generación de ingresos desde un enfoque de género, la cohesión social y la construcción de paz.

En relación a la defensa de los DDHH, Cáritas Española sostiene una red de vigilancia y alerta humanitaria apoyándose en estructuras comunitarias y parroquiales, que permite prevenir ataques armados, y denunciar oficialmente violaciones de DDHH. Además, fomenta la creación y fortalecimiento de Comités Locales de Organización Comunitaria (CLOC), que informan y sensibilizan a la población sobre las violaciones de DDHH frecuentes en su entorno y median en conflictos civiles entre personas y grupos. Con todas estas acciones, se ha conseguido ayudar a más de 36.800 personas.

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