Antonio y Celia, sobre la sexualidad en jóvenes: "Los padres no tienen herramientas para formar a sus hijos"

El matrimonio de Antonio y Celia participará en el Encuentro Mundial de las Familias que se celebra en Roma para abordar la educación sexual y afectiva de los jóvenes

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Roma acoge el Encuentro Mundial de las Familias, en la que los españoles tienen su cuota de protagonismo, participando en diversas mesas redondas organizadas durante este evento que reúne a miles de católicos de todo el planeta.

Este viernes inteverdrán el matrimonio integrado por Antonio Crespo y Celia Cuevas, en la que abordarán la educación sexual y afectiva de los jóvenes. Ambos pertenecen a la fundación 'Goodlove', impulsada por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, que tiene como objetivo dar a conocer proyectos de educación afectivo-sexual basados en la antropología cristiana.

En una entrevista concedida a ECCLESIA, Antonio ha hecho referencia a la desorientación que existe entre los jóvenes en este ámbito, lo que les lleva a desconocer el verdadero significado del amor: “Nos trasladan una visión distorsionada de lo que es la sexualidad dirigida al divertimento o el placer como fin último. Es una visión distorsionada sobre la sexualidad en la persona humana”, argumenta.

"La educación sexual corresponde a los padres"

Una línea en la que ha ido su esposa Celia, quien considera que la educación sexual corresponde a los padres, mientras que fuera de este núcleo son complementos de esta formación: “Los principales educadores de los hijos son los padres, incluida la sexualidad. No es un ámbito aparte de la educación, que tiene que ser integral porque somos seres sexuados. Esta formación parte del ámbito familiar, y el resto de instituciones como el colegio, las parroquias o los movimientos son un apoyo a la educación que los padres ofrecen”.

La falta de información e internet, enemigos de la formación sexual

Para que esta educación sea efectiva, Celia ha puesto en valor los programas, propuestas e iniciativas que impulsan desde la fundación 'Goodlove' (comunidad que nace con el propósito de ser el sitio de referencia en todo el mundo para los padres en la educación afectivo sexual de sus hijos) para orientar a las familias o centros educativos: “Se acompaña en esa educación a los hijos, se forma a los padres porque muchas veces no tienen herramientas de cómo hacerlo y se ayuda a los formadores, que son el nexo de unión entre padres e hijos para que colaboren”, subraya.

Este proceso de educación sexual comienza, a juicio de Antonio Crespo, desde el nacimiento, “porque tenemos que ayudar a nuestros hijos a que descubran la vocación al amor a la que están llamados. Esa vocación empieza desde la primera infancia. Luego se debe tratar de forma natural”, ha sostenido.

Asimismo, considera que la mala información o Internet son dos enemigos a la hora de encauzar este tema, lo que lleva a los padres a sentir miedo en ocasiones, según Celia: “La falta de formación hace que los padres no tengan pautas para abordarlo, a veces se sienten abrumados ante la presión mediática que tienen sus hijos en las redes, y les supera. La actitud, en lugar de enfrentarse a ello, es aceptar la situación, miran para otro lado y no ven lo que ocurre”, sostiene.

"Las administraciones focalizan la formación sexual solo en lo físico"

Sobre el papel de las administraciones públicas, Celia Cuevas considera que se realizan programas, pero “no deben ser imposiciones de una cultura dominante, porque los padres son los primeros educadores”, reitera en ECCLESIA.

Para Antonio, las administraciones cometen el error de focalizarlo la formación sexual “en los elementos físicos únicamente. Son clases de fontenería de cómo es un tubo y cómo se unen, pero es la parte superficial, la sexualidad tiene una profundidad mucho mayor. Es muy superficial en lo que se centra la formación de las administraciones, y no como un elemento transversal de las personas”.

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