La película "La Carta": “El cambio climático es un problema global que precisa acción local”

El secretario general de la COMECE recalca "la urgencia de un cambio de modelo para hacer este mundo más sostenible para las generaciones futuras"

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Siere años después de la encíclica Laudato Si’, se ha estrenado en España la película ‘La Carta’ que trata de acercar el mensaje del Papa Francisco sobre el cuidado de la creación. Desde 2015 hasta 2022 vivimos las olas de calor más extremas registradas hasta ahora, el planeta se sitúa en un calentamiento de 1,1 grados y la concentración de los principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) en la atmósfera siguen marcando récords cada año.



La presentación se realizó en el auditorio de la Fundación Pablo VI, y fue convocada por el Movimiento Laudato Si, uno de los promotores de esta película documental, donde también participaron el Departamento de Ecología integral de la Conferencia Episcopal Española, la Comisión de Ecología Integral del Arzobispado de Madrid, la Fundación Pablo VI y otras 30 instituciones. El acto de estreno se abrió con un coloquio previo, con la presencia de Marta Isabel González Álvarez, de Manos Unidas, Enlázate por la Justicia y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; Vicente López-Ibor Mayor, presidente de la Asociación Española de Derecho de la Energía; Manuel Barrios, secretario general de COMECE; y César Sánchez, portavoz de Medio Ambiente del GPP, que conectó desde la COP 27.

Un coloquio, moderado por Sandra Várez, que sirvió, no solo para ahondar en el contenido de la encíclica y el mensaje de la película, sino para reflexionar sobre cómo impulsar, desde distintos ámbitos, acciones creíbles para ayudar a paliar esta emergencia climática.

Ecología y evangelización

Aunque el mensaje de la Iglesia sobre la ecología integral no es nuevo, Francisco ha aportado “audacia”, apuntó Marta Isabel, porque vincula directamente la ecología con la evangelización y porque interpela de una manera muy directa y actual, tal y como se muestra en la película. Y con esta audacia se dirige muy directamente a los políticos y a los que tienen responsabilidades, llamándoles a “un humanismo climático”, tal y como lo definió Vicente López-Ibor, abogado especializado en el sector energético.

Con una base científica evidente”, añadió, el Papa llama a hacer una “reflexión moral” sobre algo que va mucho más allá del sesgo ideológico, porque afecta al futuro de la humanidad y, principalmente, a los más pobres. Por eso, releída 7 años después y viendo el efecto real que este cambio climático está generando en los más vulnerables, “estremece”, reconoció César Sánchez, que intervino en el coloquio desde la cumbre que se está celebrando en El Cairo.

Unas cumbres que, a pesar de la visión negativa que pueden generar por la imagen de despliegue institucional, son fundamentales “para escuchar la voz de todos” y para darnos cuenta de que “el cambio climático es un problema global que precisa acción local”, añadió el diputado, aunque creamos que nuestras acciones cotidianas no sirven.

Influencia de la crisis energética

La guerra de Ucrania y la crisis energética han abierto otra brecha en esta lucha contra el cambio climático. La dependencia de Rusia y la subida de los costes de la energía están impactando muy directamente en los más vulnerables. COMECE se ha pronunciado a este respecto, pidiendo a la Unión Europea que garantice energía asequible para todos. Sin embargo, indicó su secretario general, Manuel Barrios, eso no puede “hacernos perder de vista el objetivo final, que es la urgencia de un cambio de modelo para hacer este mundo más sostenible para las generaciones futuras”.

Un cambio que pasa también por una “conversión del corazón”, añadió Marta Isabel, que puso como ejemplo el trabajo realizado en Economía de Francisco: esa reunión de jóvenes de todo el mundo en Asís para reflexionar sobre un nuevo modelo económico basado en la responsabilidad, la sostenibilidad y los valores. Los jóvenes quieren cambios, están comprometidos con ellos, pero quieren verlos también en quienes toman las decisiones o están al frente de las instituciones internacionales. Porque, concluyó, “como dice la joven activista de la película, hay que darles una opción. No pueden quedarse sin esperanza”.

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