Miguel Taus, voluntario en la acogida de refugiados ucranianos: “Duele más lo que te dejas que lo que traes”
La iniciativa de este grupo de voluntarios, en colaboración con el Seminario de Tarazona, ha hecho que 91 refugiados ucranianos puedan alojarse en esta localidad aragonesa

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La invasión rusa en Ucrania ha hecho que millones de personas tengan que verse obligadas a salir de su país, buscando cobijo en cualquier lugar seguro. La sociedad española y en concreto la Iglesia se ha volcado en todas las diócesis, tratando de apoyar y auxiliar a toda aquella persona que lo necesitase. La historia de Miguel Taus bien vale de ejemplo de lo que significa el amor al prójimo. En declaraciones a ECCLESIA, el propio Taus ha afirmado que “cuando estás allí te duele más lo que te dejas que lo que te traes”.

Este vecino de la localidad de Tarazona cuenta que la iniciativa de ir a recoger refugiados a Polonia surgió una mañana viendo las noticias. “Me levanté a las 7:00 y decidí irme para Ucrania pidiéndole a mi hermano un monovolumen para poder traerme a siete personas”. Los planes de Miguel no tardaron en truncarse, ya que la caja de cambios de ese vehículo estaba averiada, por lo que tuvo que buscar otra alternativa. Dios escribe derecho con renglones torcidos, decía Santa Teresa de Jesús.
“A raíz de esto me planteé llamar a mi amigo Ignacio Albericio para que me dejara una furgoneta. Para mi sorpresa a los 15 minutos se presentó en mi casa diciéndome que nos íbamos los dos junto con otro amigo mio de Cádiz, Jesús Ortega. Tras esto nos planteamos irnos con dos furgonetas y por ello por ello mandé un WhatsApp a unos amigos para ver si querían colaborar”. A quien madruga Dios le ayuda, debió pensar Miguel Taus, porque en cuestión de una hora su mensaje de viralizó por todo el pueblo y la iniciativa empezó a sumar adeptos de una manera fulgurante.
"En el primer viaje trajimos a 64 personas"
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”, cuenta ilusionado Miguel. “En el primer viaje trajimos a 64 personas. Íbamos a por 60 pero había 4 mas y decidimos alquilar un coche en Varsovia. De estos 64 en el Seminario se han quedado viviendo 49 y decidimos hacer un segundo viaje”.
El segundo viaje realizado por este grupo de voluntarios ha sido algo más tranquilo que el primero. Taus explica que “en esta ocasión hemos ido 5 voluntarios y nos desplazamos hasta Polonia en avión. Una vez allí alquilamos un autobús en Polonia y en principio íbamos a por 45 personas pero al llegar allí hemos visto que no había tanta gente. La ocupación del campo de refugiados estaba al 25%, mientras que la primera vez que fuimos estaba al 125%”.
"En este segundo viaje hemos traído a 27 personas"
Sobre las diferencias que ha observado, indica que “la gente que hemos visto esta última vez están mas tocadas psicológicamente porque los que quedan ahí prácticamente acaban de salir de la zona de conflicto y la han vivido más. Hemos traído a 27 personas esta vez. Todos están alojados en el seminario y lo hemos hecho gracias a la diócesis de Tarazona en colaboración con el Ayuntamiento”.

Una experiencia que cambia la vida
En referencia a la vivencia personal de prestar la ayuda estando tan cerca del conflicto, Miguel expresa que “te cambia mucho la vida y la forma de ser y de pensar. Al final cuando estás allí te duele más lo que te dejas que lo que te traes. Ahí te das cuenta de la importancia que le damos a un pequeño problema en comparación a las tragedias que se están viviendo. Son gente normal que lo ha perdido todo de la noche a la mañana. En mi furgoneta venían 2 farmacéuticas que tenían sus farmacias, sus maridos y sus vidas y al día siguiente no tenían ni farmacia, ni sus vidas y tenían que dejar a sus maridos en un país pegando tiros y se venían a un país desconocido con una gente desconocida. Al grupo de voluntarios que nos hemos ido nos ha cambiado mucho”.
Este grupo de voluntarios no tiene pensado realizar ningún viaje más en busca de refugiados. Taus explica que “lamentablemente nosotros podemos cubrir lo justo, no hay que olvidarse que todo se hace desde una iniciativa privada. Cuando vienen aquí quien pone las instalaciones es la Iglesia y los que ponen su dinero es el Ayuntamiento de Tarazona. Nosotros hemos cubierto medicamentos, ropa, tarjetas de los móviles y los desplazamientos. Todo va por donativos del pueblo de Tarazona. Hay que tener en cuenta que Tarazona tiene 10.000 habitantes y el pueblo se está volcando con todo”.