Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo, destaca el mensaje de Byung-Chul, Premio Princesa de Asturias: "Sin Dios nos deshumanizamos”
En su carta semanal, el arzobispo de Oviedo ha defendido la obra del pensador alemán de origen surcoreano, en el que defiende “la cuestión religiosa, la presencia de Dios en la vida y la necesidad de una honda espiritualidad”

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El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, ha celebrado que el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades haya recaído este año en el pensador alemán de origen surcoreano Byung-Chul. En su carta semanal, el titular de la diócesis asturiana ha recordado que Byung-Chul aborda los cambios que se han ido dando en la sociedad hasta nuestros días, así como los retos que desafían a la sociedad actual, donde la “tecnología super sofisticada ha roto fronteras antes infranqueables” pero “la comunicación atrofiada en su uso y su abuso” ha conllevado a la paradoja de “compaginar las mayores cotas de intercomunicación con las de una inmensa soledad que nos aísla”, ha sostenido.
Y es que para Sanz Montes, la sobreinformación actual contrasta con la ausencia de cauces para poder asimilarla con mesura y tiempo como sucedía en otras épocas, “cuando con muchos menos medios sí que se gozaba de una sabiduría capaz de discernir, de juzgar, de aprender y enriquecerse sin que los valores que vale la pena cuidar y transmitir a las nuevas generaciones se viese empañado y empeñado por la levedad más anodina y la frivolidad más nociva que abotarga la mente y enfría el corazón”, ha sostenido.
En este contexto, el arzobispo de Oviedo subraya que Byung-Chul “goza de la sabiduría oriental con su delicada sensibilidad, al tiempo de haber crecido en una racionalidad centroeuropea con hondura, método y rigor”, y recuerda que el pensador ha puesto sobre la mesa una cuestión fundamental en el análisis del momento contemporáneo, como es “la cuestión religiosa, la presencia de Dios en la vida, la necesidad de una honda espiritualidad”.
“sin Dios nos deshumanizamos”
El arzobispo de Oviedo diagnostica que la crisis de la modernidad obedece a la pérdida del fundamento moral y cultural de la civilización occidental de la que ya hablaba Friedrich Nietzsche con la “muerte de Dios”.
“Este pensador afirma que la desaparición de Dios en la cosmovisión de nuestros días tiene como consecuencia la ausencia de una figura trascendente, y al mismo tiempo la disolución de aquello que simbólicamente fundamenta la vida, la experiencia humana y la convivencia. Vivimos en un mundo que se torna irrespirable, violento, corrupto y mendaz, donde se da culto únicamente a esos tres dioses menores cuando se ha expulsado en nuestro pequeño paraíso al verdadero Dios. Son los tres dioses de los que hablaba T.S. Eliot: el poder, el dinero y el sexo (de enorme actualidad hoy día)”, ha reflexionado Sanz Montes.
A juicio del arzobispo de Oviedo y secundando al Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, “sin Dios nos deshumanizamos”, por lo que en su carta, Sanz Montes apela por reflotar de manera urgente “esos valores que nos ayudan a crecer humanamente, como ciudadanos y como creyentes: la atención frente a un mundo que nos dispersa y fragmenta, la belleza ante la zafiedad que nos empobrece con su mezquindad, el ayuno de lo inútil que nos aligera ante a la voracidad de un consumismo que nos esclaviza con sus adicciones, la dimensión espiritual que nos encara amablemente hacia el rostro de Dios que nos protege y acompaña”.





