¿Tiene algo que decir la Iglesia ante los problemas políticos y sociales?

La situación que presenta nuestro país en diferentes escenarios es también la de una Iglesia que alza la voz ante el bloqueo político actual

Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española

Sandra Várez / Fundación Pablo VI

Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española

Ana Torres

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Hemos escuchado en varias ocasiones repetir al Papa Francisco durante su pontificado que “el magisterio de la Iglesia y sus acciones reflejan el fuerte compromiso de ésta con lo tiempos difíciles”. Si hay una institución que acompaña y se hace presente en los momentos más convulsos de una sociedad, esa es la Iglesia. Ante la situación política, social, económica y demográfica que existe en nuestro país, la Iglesia española acompaña y pone el foco en los desafíos y retos que se le presentan a una población que muchas veces puede verse desbordada ante la transformación y el cambio constante.

Los problemas de los distintos grupos sociales nunca son ajenos a ella, que tiene voz y se pronuncia a través de las diferentes oportunidades que se le presentan para poner de manifiesto la Doctrina Social de una Iglesia que se pone en marcha ante las prioridades más urgentes.

LA DEMOCRACIA RECAE SOBRE LOS CIUDADANOS A TRAVÉS DE LAS ELECCIONES LIBRES  

Ante la alarmante situación política que presenta España y de la que los medios internacionales también se hacen eco, el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, abogaba, a través de su cuenta de 'X', por poner fin a lo que parece un escenario en el bloqueo de la actividad de las instituciones, un bloqueo parlamentario y del propio gobierno, cuyas funciones lleva a cabo amparándose en el poder ejecutivo al que representa. Es por ello que en un país democrático como es el nuestro, debe ser el pueblo a través de la manifestación de su interés por medio de las urnas, el que decida si desea entregar de nuevo su confianza al gobierno que actualmente, difícilmente gobierna y se encuentra cada vez más cercado por las investigaciones relacionadas con la corrupción. El respeto a la división de poderes y la independencia judicial deben continuar erigiéndose como bases de un estado que no debe ser menoscabado en sus ideales por las investigaciones judiciales que hacen temblar, de alguna forma, los cimientos de nuestro estado de derecho.

 EL FENÓMENO MIGRATORIO, URGENCIA SOCIAL EN ESPAÑA  

Otro aspecto fundamental en el que la Iglesia viene trabajando y que es prioritario para el bienestar de todas las personas que llegan a nuestro país es el fenómeno migratorio. Esta misma semana, el presidente de los obispos se reunía con los principales grupos parlamentarios para continuar con la labor de la Iniciativa Legislativa Popular que tiene intención de regularizar la situación de los más 600.000 migrantes que llegan hasta España en busca de un horizonte nuevo y de nuevas oportunidades. Una amplia red de organismos como es el Departamento de Migraciones de la propia Conferencia o la entidad de acción caritativa, Cáritas, respaldan este proyecto que busca devolver la dignidad a los que llegan, en muchas ocasiones familias enteras, escapando de realidades cuyas condiciones no permiten, por desgracia, un crecimiento adecuado ni para cada uno de los integrantes de forma individual, ni para el núcleo en conjunto.

 EL ACCESO A LA VIVIENDA DIGNA, UNA TELARAÑA QUE SIGUE CRECIENDO  

El acceso a una vivienda digna es otro de los objetivos sociales que la Iglesia ha manifestado tener en cuenta desde que la problemática se hace, cada vez, más grande y compleja de resolver. Luis Argüello pedía de esta forma a la comunidad cristiana la reflexión sobre si los precios del mercado deben ser también los que se apliquen a los arrendamientos individuales. La vivienda se ha convertido de esta forma en una 'emergencia social' que se traduce, en palabras del propio presidente, en una “forma de violencia estructural”.

 “No a la fuerza bruta, en forma de invasión militar para resolver un conflicto”.  

En el plano internacional, el sufrimiento nunca es ajeno para Iglesia y es por ello que las guerras del mundo, que tal y como expresaba el Papa Francisco, “son siempre una derrota”, deben ser un terreno en el que poner el foco. Actualmente, la situación en la franja de Gaza, se ha convertido en insostenible. El bloqueo de la ayuda humanitaria y el bombardeo constante hacia los civiles ha provocado también que la Iglesia alce la voz contra la injusticia de la violencia que recae en los que carecen de culpa alguna, los que se encuentran en una situación de vulnerabilidad y se convierten en víctimas. Es por ello que el mismo arzobispo de Valladolid apuntaba que “la tragedia que se padece en Gaza ha de hacemos redoblar la presión moral, política y espiritual para gritar en favor de @PararLaGuerra y en favor de una paz justa” y continuaba añadiendo que es necesario y primordial gritar alto un no a la fuerza bruta, en forma de invasión militar para resolver un conflicto”.

Ante toda esta problemática, polarización y malestar social, es deber de la Iglesia y de los obispos acompañar y situar en un plano prioritario lo que de verdad importa. La Iglesia está formada por “todos, todos, todos” los que, precisamente, sufren en primera persona las consecuencias de todas estas adversidades y es por ello un motivo de alegría y de celebración el hecho de que se pronuncie y continúe representando a todos los que tienen más difícil el hacerse escuchar.

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