La hermana Prado, de la Comunidad Agustina de la Conversión, nos cuenta cómo han vivido el nombramiento de León XIV, primer Papa de la Orden
"Le conocemos mucho, es un hermano", aseguran las hermanas, entusiasmadas ante el primer pontificado de un agustino

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"Con un júbilo enorme, con esa alegría que corrobora una sospecha, una posibilidad", así define la Madre Prado, presidenta de la Comunidad de la Conversión agustina, que tiene el Monasterio homónimo en Ávila. Las hermanas agustinas lo vivieron juntas, una costumbre que han mantenido durante los otros dos cónclaves que han vivido en sus 25 años de existencia, en cuanto escucharon al protodiácono pronunciar el nombre "Robertum Franciscum", todas se pusieron a aplaudir entusiasmadas. Por primera vez el Papa es de la Orden de San Agustín, "después de 8 siglos".
"Le conocemos mucho, casi la mitad de la comunidad le conoce desde hace más de 20 años, desde 2003, cuando es padre general de la Orden", dice la hermana Prado. La Comunidad le agradece mucho el apoyo que les prestó, porque cuando él fue nombrado Prior General de los Agustinos, ellas estaban recién fundadas como Comunidad y necesitaban esa atención que les prestó desde el primer momento el nuevo Papa: "empieza a comprendernos, a escucharnos, porque es un hombre de escucha atenta, de diálogo, de mucha paz, una persona conciliadora", le describe Prado.
El "Padre rober" tiene El carisma de San Agustín
La madre Prado asegura que es un ejemplo de agustino y que comparte con el obispo de Hipona su carisma que es un pilar fundamental para la orden: "es verdad que para nosotras es muy impactante, es una persona con el carisma de San Agustín, de la comunidad, la comunión, la búsqueda de la verdad..." Le describen como una persona muy preparada, erudita, muy capacitado para la comprensión y el equilibrio, con una "fe serena, pero firme".
Para ellas es un hombre de muchísima proximidad, ha sido tan cercano a todas ellas y le conocen tanto que la madre Prado le describe como un hermano: "a mí me costará dejar de llamarle Padre Rober o Rober y no Santo Padre o Papa León, nos costará llamarle porque le hemos visto muy cercano". La madre Prado ha querido destacar el hecho histórico que supone tener por primera vez en 8 siglos a un papa de su orden, una orden humilde, que no se ha caracterizado por "buscar puestos de ningún tipo, es un reconocimiento grande, que nos comprende a todos, de lo mucho que queremos vivir los agustinos". "Recemos por él", ha concluido la Presidenta de la Comunidad.