García-Mochales, misionero en Perú: “Los cristianos son muchos pero los misioneros son pocos”

Los misioneros explican los desafíos de su labor y piden que seamos conscientes del compromiso de toda la Iglesia en la Jornada de Hispanoamérica

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Redacción Religión

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“Aquí se cumple eso que dice el Evangelio de ‘la mies es mucha pero los obreros son pocos”, explica el sacerdote de la OCHSA (Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana) Santos García-Mochales, desde Moyobamba (Perú).

El sacerdote ha explicado a Obras Misionales Pontificias que hace 6 meses dejó su Toledo natal para ser nombrado rector del seminario diocesano. En Moyobamba, la Iglesia católica lleva adelante una fuerte labor evangelizadora y social. “La presencia de los misioneros es muy necesaria”, explica García Mochales, ya que en muchas de las comunidades la Eucaristía se celebra una vez al mes, “e incluso una vez al año” por las dificultades de acceso.

Entre los desafíos que se encuentran allí, García-Mochales destaca por un lado la situación social y política, y la burocracia excesiva para atender temas prioritarios como la salud y la educación. “No todos tienen acceso a estos servicios básicos”, afirma este sacerdote de 43 años. Por otro lado, destaca los altísimos niveles de pobreza y la deforestación. Pero sin duda, el mayor desafío a nivel religioso es la presencia de las sectas. “Son muy abundantes, y generan mucha indiferencia y confusión”.

Tenemos que dar respuesta

Desde Ourense, Manuel Rodicio sacerdote expresa su percepción sobre la Iglesia en Latinoamérica, a la que conoce bien después de haber estado muchos años en Ecuador a través de la OCSHA en dos periodos.

Según él, el pueblo sudamericano es instintivamente religioso, “el buscar a Dios lo lleva en la entraña” -al contrario que los occidentales-. Sin embargo esa búsqueda no siempre sigue caminos correctos. “Si no somos capaces nosotros de dar respuesta, ellos buscarán en otro lado”, explica este misionero en referencia a las sectas. “¿Tenemos derecho a dejarlos abandonados? Yo creo que no. “¿Tenemos posibilidad de ayudarles? Es verdad que estamos viviendo también un momento difícil aquí, pero yo creo que podemos y debemos ayudar”, afirma.

Mirar con agradecimiento al pasado

Mientras, «A hombros de gigantes» es el título que encabeza el texto del director de la Comisión Episcopal para las Misiones y cooperación con las Iglesias, José María Calderón Castro, para el Día de Hispanoamérica.

«Estas palabras -explica- son tomadas de un discípulo de Bernardo de Chartres (1070-1130). De forma muy gráfica, Bernardo de Chartres justifica, según recoge este discípulo, la deuda de los hombres con los antepasados. Y es cierto. Todo lo que hoy sabemos es porque los que nos precedieron fueron legando a la ciencia, a la cultura, al arte, a la filosofía… Evidentemente, con ese trampolín, nosotros podemos llegar aún más lejos».

Por eso, estas palabras, resumen lo que este 2022 supone para las misiones. Este año, señala, José Mª Calderón, «vamos a recordar, con entusiasmo y agradecimiento, muchos pasos que se dieron en el pasado, y que han servido para que hoy la Iglesia continúe teniendo la tarea evangelizadora como tarea primordial».

Y es que el 2022 es un año especialmente cargado de efemérides en el campo de las misiones: 400 aniversario de la constitución de la Congregación Propaganda Fide, ahora Congregación para la Evangelización de los Pueblos; 400 años de la canonización de san Francisco de Javier, patrono de las misiones; 200 años del inicio de la Obra de la Propagación de la Fe, impulsora del Domund; 150 años del nacimiento del beato Paolo Manna, fundador de la Pontificia Unión Misional; 100 años de la elevación a la categoría de “Pontificias” de las Obras de Propagación de la Fe, Infancia Misionera y San Pedro Apóstol; o los 100” de la revista Illuminare. Además, el 22 de mayo está prevista la beatificación en Lyon (Francia) de Paulina Jaricot, fundadora de la primera de las Obras.

«Son nombres de personas -concluye el mensaje- con grandes intuiciones, con grandes ambiciones, con un gran amor a la misión… ¡con grandes hombros! Sobre ellos, sobre sus obras y trabajos se apoya hoy la animación misionera que se realiza en el mundo. No es impropio titular este año, tan lleno de centenarios, «A hombros de gigantes», porque lo que la Iglesia es capaz de vivir y crecer hoy, lo hace, sin duda, a costa, también, de lo que han significado estas personas en la historia de la misión».

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