La Fundación Ambulancia del Deseo acompaña a pacientes terminales en su última voluntad: "Cumplir un último deseo es cuidar hasta el final"

David García, responsable de comunicación de la fundación, explica en TRECE cómo hacen realidad los últimos sueños de personas con enfermedades graves, ofreciendo acompañamiento humano y médico único

La Ambulancia del Deseo es una fundación que se dedica a cumplir los deseos de personas con enfermedades graves o movilidad reducida

La Ambulancia del Deseo es una fundación que se dedica a cumplir los deseos de personas con enfermedades graves o movilidad reducida

Borja Cuñado

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La Fundación Ambulancia del Deseo comenzó en 2008 en Holanda, de la mano de Kees Veldboer, después de cumplir el sueño de un paciente terminal que quería volver a ver el mar. Aquel momento, tan emotivo y transformador, inspiró la creación de un proyecto que hoy está presente en varios países, incluida España.

En nuestro país, la fundación se dedica a hacer posible lo que parece imposible: que personas en situación terminal puedan cumplir su última voluntad rodeadas de sus seres queridos, y con la atención sanitaria necesaria. No se trata solo de transporte, sino de generar un recuerdo imborrable para el paciente y su entorno.

"Normalmente son deseos muy sencillos: ver la playa, volver al huerto de la infancia, asistir a la boda de un hijo. Pero son momentos que cambian la despedida y la transforman en un instante de felicidad plena", explica David García, portavoz de la entidad.

Ambulancia del Deseo

Ambulancia del Deseo

Un carrusel de emociones

Cumplir un deseo no solo impacta al enfermo, también a su familia y al equipo de voluntarios que lo hace posible. "Es como un chute de adrenalina para el paciente. Incluso sabiendo que les queda poco tiempo, disfrutan como niños", relata García.

En muchas ocasiones, estas experiencias crean vínculos duraderos con las familias, que siguen en contacto con la fundación después del fallecimiento. El portavoz reconoce que cada misión es distinta, pero todas comparten una misma esencia: "No hay mayor baño de realidad que ir a un deseo. Te ayuda a poner en perspectiva lo que realmente importa".

Trabajo en red para cumplir lo imposible

Detrás de cada deseo hay una logística compleja que implica hospitales, familiares, voluntarios y otras organizaciones. García recuerda, por ejemplo, el caso de Antonio, que pudo montar en barca en el Pantano de San Juan gracias a la colaboración de la Fundación 38 Grados y un equipo médico especializado.

Un ejemplo reciente es el de Antonio, que gracias a la Fundación Ambulancia del Deseo, la Fundación 38 Grados y un equipo hospitalario especializado, pudo montar en barca en el Pantano de San Juan. "Sacar a un paciente del hospital no es tarea sencilla, pero cuando lo logras y ves su sonrisa, todo cobra sentido", destaca García.

Más allá de la complejidad técnica, la fundación se mueve por un principio muy claro: cuidar hasta el último instante. "Cumplir la última voluntad de un paciente antes de que trascienda es muy importante. Es una forma de dar amor, apoyo y dignidad en un momento decisivo", concluye su portavoz.

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