Conoce la historia de Sonia y Miguel, un matrimonio joven que vive en un pueblo de 16 habitantes y 4 casas
Siguen el modelo de vida de San Isidro Labrador, de quien mañana celebramos su festividad. Una vida en el campo, siendo fieles al mensaje de Cristo

Conoce la historia de Sonia y Miguel en Mediodía COPE
Madrid - Publicado el
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Sonia y Miguel son un matrimonio “rural”. Ella es médico y él es ganadero. Tienen 3 hijos pequeños y viven en un pueblo navarro en el Valle de Atez. Un pueblo en el que hay 16 habitantes y 4 casas. Los dos nacieron en esa zona de Navarra, cuando se conocieron y se casaron, lo tuvieron claro, se quedaban allí, y se construyeron una preciosa casa.
UNA VIDA TOTALMENTE VOCACIONAL
Sonia es médico, y aunque ahora está de excedencia, normalmente trabaja en un centro de salud en Pamplona, de hecho, ella baja bastante a la capital de Navarra, ya sea a trabajar o hacer algún recado. Su marido, Miguel, es ganadero. Trabaja en el campo, madruga mucho y sacrifica horas de descanso y tiempo de vacaciones, pero lo hace por algo totalmente vocacional.
A pesar de lo duro que pueda parecer en algunas ocasiones, este matrimonio lo tienen muy claro. Lo suyo es la vida en el pueblo. Y es más, hacen un llamamiento para que más gente joven opte por la vida rural.
Tienen 3 hijos pequeños, Miguel que es el mayor y tiene 6 años, y luego van Ane y Lucia. Son niños que crecen rodeados de mucho campo y también muchas ovejas, pero que, por supuesto, van al colegio. Su pequeño pueblo no tiene escuela propia, hay que trasladarse a otro cercano
Para Sonia y para Miguel, criar a sus hijos en un pueblo pequeño y rodeado de campo, es fundamental. Lo prefieren a las prisas y el agobio de las grandes ciudades. La vida en su pueblo es tranquila, y los niños crecen felices. Aunque Sonia cree que les haría falta más compañía de niños de su edad.
una iglesia más cercana
Por supuesto, no todo es positivo, Sonia es consciente que tienen que vivir con algunas dificultades, lógicas, de acceso a determinados servicios. Son totalmente dependientes del coche, para ir a la compra o por ejemplo, para tomarse algo con los amigos
Otro de los “servicios” que les falta en el pueblo es la Misa de los domingos. Sonia y Miguel van a Misa, pero tienen que trasladarse. Suelen ir a un pueblo cercano, también muy pequeño. Lo bueno, es que allí se juntan con toda la familia, abuelos incluidos. El sacerdote, con el que celebran la Misa, viene de Pamplona. Hay que tener en cuenta que, en estos pueblos tan pequeños, no hay párrocos para cada Iglesia
Sonia y Miguel, siguen el modelo de vida de San Isidro Labrador, de quien mañana celebramos su festividad. Una vida en el campo, siendo fieles al mensaje de Cristo. Participando en la Iglesia y sus celebraciones.
La implicación en el mundo rural de los feligreses en la vida parroquial es fundamental. En muchos pueblos, cuentan con ministros extraordinarios, para dar la comunión; y con grupos que se encargan de las celebraciones, que NO de celebrar la Misa, en ausencia de los sacerdotes. Son comunidades pequeñas, pero vivas.