Comunicadoras Eucarísticas: El nuevo carisma artístico que llega de Colombia

Las Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestial se instalan en Mula (Murcia) para iniciar una experiencia fundacional y continuar su labor de anunciar el Evangelio

Comunicadoras Eucarísticas: El nuevo carisma artístico que llega de Colombia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

9 min lectura

Consigo dejar el coche en una plazoleta de la parte alta del pueblo. Son las 16:02 hrs. ¡Uff, ya llego con retraso! Gran atasco en la autovía a la entrada de los centros comerciales de Murcia, en esta tarde de 5 de enero. Pero sólo es una excusa. Debí haberlo imaginado.

Comienzo a caminar por la calle silenciosa y muy empinada. En realidad, todo está sumido en una extraña quietud, aunque percibo alegría en el ambiente. Serán los Reyes Magos. Lo único que escucho durante el trayecto es mi respiración. Me detengo tras una esquina y veo cómo se yergue imponente la torre-campanario del Real Monasterio de la Encarnación de Mula. Ya solo me queda un último esfuerzo.

Cuando atravieso por fin la portada y me adentro en el compás del monasterio han pasado cinco minutos. Miro a la izquierda y observo la falda del pueblo murciano, con los tejados de sus casitas que descienden desordenadamente y veo, más allá, cómo se extienden las huertas limítrofes hasta que se pierde la vista. Bonito paisaje envuelto en una intensa claridad gris.

Me abre la puerta de madera una monja joven y delgada, de rostro angelical, vestida con un hábito y un chaleco acolchado azules, tocada con un pañuelo del mismo color. La hermana Sonia María del Cielo es la encargada de la Casa y actúa, según me dice con una sonrisa, como la Superiora. Me invita a pasar con gestos suaves. Nos sentamos en unas sillas de madera dispuestas en círculo en lo que parece ser un amplio recibidor de entrada. Creo que tras la puerta del fondo se adivina un claustro.

Carisma

Inicia la conversación con naturalidad y me serena la calma que irradia. Me cuenta que la Congregación de las Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestial -con énfasis en cada palabra- es una comunidad que se dedica exclusivamente a evangelizar en y a través de los medios de comunicación. También, que nació hace 17 años en una montaña de ermitaños de Bucaramanga, la capital del departamento de Santander, en la parte central del norte de Colombia. Y explica con detenimiento que surgió de la iniciativa fundadora del sacerdote belga Antonio Lootens y de la madre Gabriela del Amor, colombiana, que es la directora general de la Congregación. Agrega con satisfacción que la componen sesenta y cinco hermanas y que ella y dos más se instalaron en el monasterio en el mes de noviembre anterior.

Resalta que su misión consiste en dar a conocer el Evangelio con la calidad técnica que Dios se merece, pero, ante todo, con profundidad de contenidos. Esa es la parte que tienen de comunicadoras, explica. Pero añade que, a la vez, difunden lo que contemplan y oran frente a Jesús en la Eucaristía, ya que ese es el centro de su espiritualidad. Por eso son también eucarísticas. Recuerda lo que se dice en Mateo 10,27: todo aquello que habéis escuchado en la oscuridad, en el silencio, en soledad, proclamadlo desde los terrados. Y que su Padre fundador les preguntaba, ¿qué hay encima de los tejados? Están las antenas y los cables de televisión. Entonces, eso que tú escuchas en la noche, en tu oración personal con Jesús, tienes que comunicarlo a todos aquellos que no conocen y no creen en Dios. Eso es ser comunicadora, les respondía.

La Hermana Sonia habla despacio y con alegría en los labios. Reconoce que en esa labor no están solas, porque han contado con las aportaciones del talento de muchos productores, escritores y directores de televisión. De hecho, destaca que la primera donación de equipos la recibieron de la Madre Angélica, fundadora del conocido canal ETWN. Y resalta que sus primeros hijos espirituales son todos los que trabajan en los medios de comunicación, porque su deseo es decirles que pueden trabajar con Dios y en Dios y que todo lo que hagan se lo pueden ofrecer y serle muy agradable a Dios Padre.

Le pregunto cómo pueden compaginar una vida de contemplación y recogimiento con otra de comunicación y exposición al mundo. Realmente es una gracia de Dios, me contesta mientras sonríe. Está claro que, por estar en el mundo, tan expuestas, pueden contaminarse. Pero agrega que tienen claro que vienen por Dios y para estar con Dios y que la oración es lo primero, antes que el hacer y el apostolado, porque de lo contrario eso no va a dar frutos. Su objetivo es que la gente no las vea a ellas sino al Señor y que puedan reflejar lo que Él les ha regalado. Y añade, mientras me mira fijamente y con ternura, que siento que, por el momento, Dios nos conduce con sus manos y nos protege.

Música

Entra en el recibidor la Hermana Agustina, la integrante más joven del grupo musical, y Sonia le pone al día de lo que llevamos conversado. Ella responde que pueden compatibilizar ambos aspectos de su carisma con una organización rigurosa del tiempo que le dedican a la oración y a la fraternidad, por un lado, y al apostolado, por otro. Pero insiste en que no podemos descuidar nuestra oración que es primordial e indispensable para poder dar lo que queremos darle a los demás.

La Hermana Agustina transmite a la vez dulzura y energía. Se refiere ahora a la producción artística y explica que las canciones nacen de las experiencias personales de las hermanas con el Señor y de las situaciones que viven. Así, me cuenta con emoción que el tema Me salvaste surgió del reconocimiento de una hermana de que Dios la había rescatado de la situación que atravesaba. Y Vivir el hoy, de lo que experimentaron durante el confinamiento provocado por la pandemia.

Acerca del proceso creativo, relata que lo abordan como un trabajo en común: Una puede sentir algo en la oración y lo escribe y se lo pasa a otra hermana que tiene el don de ponerle la música y arreglarlo. Formamos una comunidad muy creativa, por lo que no todas nos dedicamos a la música. Las hay que hacen cine o teatro o elaboran mensajes que se puedan comunicar, aunque es verdad que la música siempre está presente para darle más fuerza a lo que transmitimos.

Interviene la Hermana Sonia para resaltar que ellas aspiran a ser esa productora que hace el producto desde 0 hasta el final. Nosotras escribimos, editamos, cantamos, producimos, hacemos la postproducción…y lo intentamos divulgar a todos los medios.

Les pregunto si la pandemia ha afectado sus propósitos. Sí, como a todo el mundo. Y Agustina precisa que cuando se impuso el confinamiento estaban haciendo una gira internacional con un grupo que se llamaba Canta y Camina pero que la iniciativa está parada. Destaca que durante aquella etapa tan intensa decidieron aumentar una hora diaria de oración porque decíamos que no podíamos dar si no recibíamos. No es solamente cantar por cantar. No podemos cantar algo vacío. Tenemos que llenarnos antes de Aquél al que vamos a cantar.

Futuro

Toca hablar de proyectos. Me cuentan que la comunidad está trabajando en uno que se llama Manifestaciones del cielo, con el que quieren dar a conocer diez milagros que el niño Jesús hizo en Colombia y decirle al mundo que todavía se producen estos sucesos maravillosos, que se puede confiar en el Señor y que Él lo puede todo. El primer capítulo, titulado Todo es posible, se puede ver en las principales redes sociales. Solicitan ayudas para realizar los siguientes.

España

Tengo que preguntárselo: ¿Por qué España? Porque Dios lo eligió es la respuesta de la Hermana Sonia. Y explica que una de las hermanas, cuyos padres viven aquí, buscaba un monasterio para hacer un retiro y que, por equivocación, conoció a las Clarisas de Elche, que estaban rezando para que apareciese una comunidad religiosa a la que pudiesen cederle el Monasterio de Mula, donde habían estado durante cuatro siglos, pero que habían tenido que abandonar por falta de vocaciones. Tras algunas vicisitudes burocráticas, han podido instalarse y confían en que otras hermanas puedan unirse a ellas muy pronto. Esperan que Dios les haga entender si pueden decir Aquí nos quedamos y empiecen a desarrollar su labor. Y explican, por último, que en Colombia no disponen de una casa madre, pero enfatizan que le están pidiendo a San José que les regale una o, al menos, un terreno donde puedan construirla.

Se une a la reunión la Hermana Natasha, que viene de trabajar en el huerto. Quizá sea la mayor de las tres y viste igual que sus compañeras. Rezuma alegría. Rápidamente la ponemos al tanto de la conversación. Tras una enorme sonrisa reconoce que la experiencia en España supone algo nuevo para ellas y destaca lo hermoso que es estar en un lugar donde se ha vivido tanto la fe y se ha atesorado tanta riqueza espiritual.

Etapa fundacional

Pide que los que estamos fuera recemos por su comunidad, que atraviesa una experiencia fundacional en nuestro país, en la que están indagando cómo desarrollar su carisma y la manera de ponerlo al servicio todos, y en particular de la Región de Murcia y del pueblo de Mula. Por eso, solicita que Dios les ayude a discernir lo que espera de ellas y que el Espíritu Santo guíe sus decisiones y les permita ser autosuficientes y que lleguen vocaciones españolas, añade con una risa sonora. Dios lo quiera.

Y concluye: Ayudadnos con vuestras oraciones y suscribiros a nuestro canal de YouTube. Las cuatro estallamos en nuevas risas. Cuenta con ello.

El tiempo ha pasado y ellas deben regresar al orden y yo al ajetreo de la ciudad y de las últimas compras. Digo adiós a las hermanas Agustina y Natasha mientras la Superiora me acompaña a que vea la Iglesia, el Cristo de la Escalera y la reliquia de la Santa Espina de Cristo. Le agradezco profundamente el detalle.

Adiós

Me despido de la Hermana Sonia debajo del bello pórtico que da al compás del monasterio y le prometo rezar por ellas y seguir en contacto. Rápidamente cruzo ese espacio, alcanzo la portada y me detengo al salir a la calle para volver la vista atrás y darme cuenta de que ya ha cerrado la puerta. Siento pena de abandonar la paz del Monasterio y la que ellas transmiten. Decido que tengo que volver pronto.

Desciendo con parsimonia la cuesta y continuo por la calle del Santo, que discurre hacia el centro del pueblo. Todo sigue en calma. De repente, una música amortiguada rompe la paz que me envuelve. Y si el pueblo pide (reguetón), no se lo voy a negar (reguetón), si las mujeres piden (reguetón), pues yo les voy a dar (reguetón)… No puedo reprimir una pequeña carcajada y empiezo a tararear hacia mis adentros Que todo va a estar bien, que Tú escuchas mi voz y que en el silencio Tú respondes a mi corazón.

Artículo de Victoria Montaner

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