Clara, madre de familia afectada por la subida de precios: “Iremos recortando hasta donde podamos”

En muchos hogares no se puede hacer frente a los gastos más elementales y se ven obligados a hacer ajustes en las compras de alimentos básicos. ECCLESIA te lo cuenta

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Empieza el año con la cuesta de enero, y muchas personas ya notan los problemas de las subidas de precio. Este sábado en ECCLESIA, en TRECE, Irene Pozo conoce el testimonio de Clara González, madre de dos hijos, a los que cría ella sola y debe mantener con su sueldo de teleoperadora.

“Hemos recortado muchos gastos que teníamos: cambiamos las marcas, utilizamos genéricos, reemplazamos la fruta o verdura por cosas más baratas y menos sanas y vamos acortando hasta donde podamos” cuenta Clara sobre los ajustes que ha tenido que hacer de manera paulatina, pero que está dejando a su familia en una situación cada vez más delicada. Sin embargo, destaca también que, con dos niños, hay varios gastos que no puede esquivar, como “la leche, las verduras, las legumbres”, alimentos que “a pesar de la rebaja del IVA siguen subiendo”. Aunque para esta madre de familia el temor está en partidas que en algún momento llegaría a no poder hacer frente: “la luz, que ahora está subiendo también, o la gasolina del coche sin la ayuda de los 20 céntimos”.

A pesar de estas dificultades, Clara González tiene claro que “no podemos transmitirles ese estrés a los niños”, a los que poco a poco va haciendo partícipes de la situación: “He tenido que explicar a mis hijos el cambio de marcas, porque ellos están acostumbrados a comer una cosa de una forma y le tienes que decir que eso ya no se va a poder como antes”. Además, aunque la suya sea una familia monoparental, encuentra casos similares en “familias constituidas, con padre y madre que ganan un salario y aun así tienen que hacer ajustes”.

Tampoco recibe ayudas por parte de ninguna institución. Ni siquiera el ingreso mínimo vital, para el que “necesitas 6 meses para que te den una respuesta”. “Antes se podía conseguir alguna ayuda -continúa Clara- pero ahora en la lista hay gente que no tiene ningún trabajo, y ahora mismo tener empleo no significa que tu dignidad se esté respetando”. Resumiendo la situación que vive en su hogar, Clara ve que “cada día tenemos menos poder adquisitivo, y se nota”, y aunque “la esperanza es lo último que se pierde”, encuentra que “no hay una organización para las ayudas, sino que ponen parches a los problemas que van surgiendo”.


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