Carlos Bresciani, el sacerdote que convive con los indígenas mapuches: "Son mártires sociales"

Bresciani comparte en TRECE cómo está apoyando a la red hispanoamericana 'Iglesias y Minería' centrada en detener el extractivismo y el capitalismo salvaje

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El 24 de mayo se cumplen nueve años de la encíclica Laudato Si' en la que el Papa Franciscopuso, por primera vez, el foco en el cuidado del planeta como nuestra Casa Común, de forma específica. Una de las zonas que vive el desafío ecológico y social de forma más inmediata es el territorio Mapuche Chileno, donde desarrolla su misión Carlos Bresciani Lecannelier, sacerdote, jesuita, coordinador de la Red de Solidaridad y Apostolado Indígena y que en su visita a España estas semanas es acompañado por la alianza de organizaciones católicas 'Enlázate por la Justicia', formada por Caritas, Cedis, Confer, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES.

Carlos Bresciani vive, desde hace 21 años, en territorio Mapuche al sur de Chile y comparte su vida con personas, grupos y comunidades indígenas. Laudato Si', para él, «recoge mi experiencia en un territorio que me ha ido deconstruyendo para volverme a construir como persona, como sacerdote... y que me ha permitido volver a mirar la tierra, las relaciones con los demás, la vida, de una manera más reconciliada, más interconectada. Eso que está tan presente en Laudato Si'. Cuando uno está allí y conoce las heridas se da cuenta de esa realidad».

Hace sólo unas semanas, en un encuentro promovido por las Academias Pontificias de Ciencias y de Ciencias Sociales sobre los pueblos indígenas, el Papa Francisco pedía a la comunidad internacional escuchar a los pueblos indígenas "para aprender de su sabiduría”. Y a los científicos, también, para lograr "un enfoque más comprensivo" de algunas crisis». Cuando Carlos se acercó a los hombres y mujeres indígenas, «pude conocer que el pueblo Mapuche no eran un pueblo muerto, del pasado, sino vivo, que tenía su idioma, su religión, su manera de relacionarse con los demás, con la tierra, que tenía su territorio... Aquello me hizo cambiar el mundo. Descubrí un pueblo dentro de un pueblo. Para mí, criado, en Chile, fue una sorpresa muy grande».

Luchar contra el capitalismo salvaje: la labor de Bresciani en territorio Mapuche

Bresciani comparte en TRECE cómo está apoyando a la red hispanoamericana Iglesias y Minería centrada en detener el extractivismo, el capitalismo salvaje y sus consecuencias para los más desfavorecidos, algo ante lo que se muestra realista: «Están atravesados por muchas heridas, por mucha violencia. Da mucha pena ver las consecuencias de nuestro olvido en esa tierra que debería ser fértil y vemos desértica. Y personas que han muerto por denunciar o por el simple hecho de vivir en un territorio donde el sistema instalado no respeta a la persona o algo tan básico como el agua. Allí también tenemos mártires sociales. Como Iglesia tratamos de acompañar a las comunidades en sus iniciativas propias, reforzando el conocimiento de su propio idioma, del cultivo de las huertas, del cuidado del agua, temas clave. También, a los católicos, a cuidar su fe, su relación de unos con otros, la "Cuidadanía" (ciudadanía que se cuida)».

"Hay un choque de cosmovisiones, la centrada en el consumo y la que parte del respeto a la tierra"

A los espectadores les lanza una invitación directa a no dejar este tema olvidado, sino a comprometerse con salvar el planeta para salvar también a los pueblos originarios, sus guardianes, y el futuro de la humanidad. «Ojalá pudieran estar donde yo estoy, para entender con todo su ser lo que es estar en un territorio así. Hay que hacer un esfuerzo por ver el precipicio en el que estamos. Cuando uno lo tiene todo, no se da cuenta, pero si se acerca a los márgenes, lo ve. Observamos que hay un choque de cosmovisiones, la cosmovisión centrada en el consumo y la que parte del respeto a la tierra. El Papa nos invita a cuidar esa triple tierra que es la tierra como planeta, la tierra propia y la tierra del cuerpo social».

Como claves concretas, Carlos Bresciani invita a volver a rescatar la certeza que nos entregan los cuerpos originarios: «preguntarnos como sociedad cómo está nuestro espíritu, de qué nos estamos contagiando... La pregunta por el estilo de vida es clave para la sostenibilidad de los territorios, del planeta y de las relaciones humanas. No podemos negar esta realidad, aunque sea incómoda. Se están haciendo cosas preciosas, microrresistencias, y sobre todo lo están haciendo las mujeres, que son además, las primeras afectadas», afirma.

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