El cardenal Omella insta a los dirigentes europeos a volver a los valores cristianos y mirar hacia los pobres

El presidente de la Conferencia Episcopal Española ha participado en un nuevo diálogo online organizado por la Fundación Pablo VI sobre el mundo post COVID-19

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El presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal y Arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha participado este miércoles, 17 de junio, en un nuevo diálogo online organizado por la Fundación Pablo VI sobre el mundo post COVID-19. El presidente de la CEE ha establecido dicho diálogo con el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, que ostentó el ministerio de Economía durante el Gobierno de Mariano Rajoy.

El cardenal Omella y De Guindos han analizado los retos del mundo una vez se haya superado la crisis de la pandemia, bajo el título '¿Una nueva globalización?' El encuentro ha servido para que ambos aborden cuestiones de primer orden como el futuro de la Unión Europea.

Un aspecto que para el presidente de la CEE, es fundamental para salir adelante: “Europa parte de una ilusión por un proyecto común y de amor a esta tierra. Cuando no hay proyecto común y se vive con cierto complejo, no avanzamos. Europa se podría destruir así”.

El Arzobispo de Barcelona ha remarcado durante la conversación que Europa ha logrado unir países muy diversos a este proyecto, pero sostiene la conveniencia de regresar a las raíces, que es la tradición cristiana: “Son valores como la justicia, de respeto al otro, al que tenemos que ver no como un enemigo, sino como un hermano. La fe cristiana nos ha unido, y es lo que nos tiene que animar a trabajar”.



El presidente del organismo episcopal ha añadido que la Iglesia ofrece esos valores trascendentes que “podrían parecer ahora trasnochados, pero los valores de la Democracia y la libertad, que nacen de la fe cristiana, es lo que nos tiene que entusiasmar de cara al futuro”, subraya el cardenal Omella.

El Arzobispo de Barcelona ha instado también a la población europea a no quedarnos solo desde nuestra posición de zona desarrollada, sino mirar hacia los pobres, tal y como proclama el Papa Francisco: “Mucha gente no tiene acceso ni siquiera al agua corriente. Hablamos de esta pandemia del coronavirus con dolor, porque nos ha descolocado, pero cuánta gente lleva viviendo una pandemia permanente por morir de hambre o no disponer de hospitales y farmacias. Desde Europa debemos abrir más las puertas hacia los otros”.

Consciente de que la crisis del COVID-19 va a dejar entre sus consecuencias un déficit de empleo, el presidente de la CEE recuerda la importancia de acceder a un puesto de trabajo: “Sin trabajo toda vida se pudre. Tenemos que ayudar a que la gente tenga las tres 'T', techo, tierra y trabajo con sueldo digno. Todo lo que no sea trabajar en esa linea sería volver a tener esa brecha de injusticia entre los que tienen y los que no”, apunta Omella.

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