25 años desde que Jesús Luis Sacristán fuese ordenado sacerdote: "Lo más importante es ser humilde, escuchar"

La parroquia San Ildefonso y Santos Justo de Madrid ha acogido una solemne Misa de acción de gracias oficiada por Jesús Luis

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“Pepe, te sugiero con toda la humildad que hagas un pequeño matiz sobre esta noticia”. En esta frase, nada especial en la redacción de un medio de comunicación, brilla con luz propia una palabra que marca una personalidad y una manera de estar en este mundo: humildad.

Con esta llamada a la atención se me acercó hace unos días un hombre que hace gala de esta virtud, el párroco y periodista de la programación religiosa del Grupo COPE, Jesús Luis Sacristán. Este miércoles 11 de diciembre ha cumplido 25 años desde que fuese ordenado sacerdote. Son por tanto sus bodas de plata presbiterales. Fue tal día como hoy, pero en 1994. En torno a las siete de la tarde de hace un cuarto de siglo, el hoy Arzobispo de Toledo, Don Braulio Rodríguez, le impuso sus manos para hacerle sacerdote y darle el poder para perdonar los pecados y convertir el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

La parroquia San Ildefonso y Santos Justo de Madrid, en la que tanto colabora Jesús Luis, ha sido testigo de esta efeméride en una solemne Misa de acción de gracias oficiada por él.

En la parroquia no cabía un alfiler. Feligreses, familiares, amigos y sus compañeros no han querido perderse esta emotiva cita. Entre ellos se encontraban el director Editorial del Grupo COPE, José Luis Restán; la Subdirectora General, Montserrat Lluis; el director de Emisoras Musicales, Javier Llano; el director de programación, Javier Visiers; la directora y presentadora del programa 'Fin de Semana', Cristina López Schlichting o el presentador de 'El Pirata y su banda' en Rock FM, el Pirata, además de sus compañeros de Religión en la redacción de COPE y de otros departamentos.

Una de las feligresas asistentes comentaba a Jesús Luis al concluir la misa: “Qué cantidad de gente te quiere”, para acabar por fundirse en un efusivo abrazo. Porque, efectivamente, es difícil encontrar a una persona que hable una sola mala palabra de este humilde sacerdote.

Durante su homilía, Jesús Luis hizo hincapié en su gran virtud: la humildad y acompañar siempre a los más necesitados: “Dios me enseñó y me metió en vena la palabra humilde, humilde, humilde. La he aprendido de mi familia, de mi madre y de mi padre”, confesaba.

Aunque no sea la nota dominante en esta sociedad amante del instante y de las modas, saber escuchar es el secreto de Jesús Luis: “Cristo escuchaba a la gente. Ayudar a la gente es la vida. Una Iglesia en salida, como pregona el Papa Francisco”.

Jesús Luis es un sacerdote vitalista, optimista por naturaleza. Por ello pide a Dios otros 25 años “dando guerra”. Una vitalidad que recuerda a la del Papa Juan XXIII a quien un día le preguntaron: “¿Cómo es usted tan vitalista?”. El Pontífice no dudó en responder: “Por el buen humor”.

Una filosofía de vida que mantiene muy presente Jesús Luis: “Temple y buen humor, al mal tiempo buena cara”. Por otros 25 años contigo.

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