Alfonso Gordon, el fotógrafo del Valle de los Caídos que vivió una Experiencia Cercana a la Muerte: "La única foto donde el incienso forma un corazón”

Alfonso Gordon es fotógrafo, aunque a lo largo de su vida profesional ha estado en el sector agrícola o inmobiliario. Sobre su pasado, Gordon se define así mismo como “soberbio, una persona que podía con todo”, se sincera en 'Ecclesia es Domingo'

Recibió una educación católica en el seno familiar, pero no era muy practicante. “Siempre creí que Dios era algo que estaba arriba pero no te afectaba en tu vida diaria". Todo cambió en 2024, año en el que estuvo cerca de morir primero, para vivir un encuentro espiritual intenso con Dios.

Alfonso tuvo una Experiencia Cercana a la Muerte cuando fue intervenido del corazón el 31 de enero de 2024 . “Notaba que el corazón se paraba, salta una alarma, la cardióloga grita y empiezas a irte”.

Alfonso compara la sensación que experimentó con una película “que se va a negro”, pero en este caso el color era “blanco” en el que solo veía a sus dos hijos y “la mayor presencia de amor que he sentido en mi vida”.

Para el fotógrafo, la paz es el sentimiento que predomina en el momento de morir. No es capaz de explicarlo pero tiene claro que “no es nada comparable”.

La experiencia cercana a la muerte cambió en alfonso su visión sobre dios

Su visión de la muerte antes de la operación era "de terror”, especialmente cuando sus hijos eran pequeños. “He tenido contacto con ella porque varias personas han muerto en mis brazos, y para mi era un paso que tenías que dar, pero no pensaba mucho en ello”.

Desde su Experiencia Cercana a la Muerte, Alfonso está convencido de que después del paso por nuestra vida Dios está presente: “Me di cuenta que existía algo que está contigo, no es una coa etérea sin influencia, y me sentí muy amado. Me di cuenta de que Dios existía y su presencia era real”.

Cuando ha compartido su experiencia con terceros, las reacciones han sido dispares: “Algunos me han dicho' qué suerte tienes', otros que eres un 'flipao'...” Sea como fuere, para Alfonso el sentido de la muerte ha cambiado de manera radical: “No le tengo ningún miedo, es un sitio bonito al que iremos todos, y desde que me pasó aquello madrugo más, veo la primera luz del día porque es un regalo”.

"Cuando me giré a la derecha para darle las gracias, ahí no había nadie”  

El 8 d septiembre de 2024, Alfonso vivió una segunda experiencia espiritual muy intensa. Fue en el Valle de los Caídos, donde asistió a la Misa de Once. “Hay un momento bonito que es la Consagración donde se apaga la basílica y se queda el Cristo encendido, y yo estaba con los ojos cerrados hasta que al abrirlo me encuentro con la escena de Cristo brutal, y el señor de la derecha me dijo 'Haz que lo vean'. Cuando me giré a la derecha para darle las gracias, ahí no había nadie”.

Durante un mes, Alfonso amanecía dándole vueltas a la cabeza a aquella frase. Llegó a la conclusión de que aquella voz le pedía inmortalizar a través de la fotografía, el recogimiento que se vive en el interior de la basílica.

Una foto de 100.000 euros: "Encima de cristo la nube de incienso es un corazón"

Una de las instantáneas que captó Alfonso con su cámara le ha marcado especialmente, en la que se presencia a Jesús crucificado incensado: “Es una foto que solo se ha impreso una copia y es la única donde el incienso se rompe y deja a la vista el Cristo, y si además miras justo encima del Cristo, la nube de incienso es un corazón”.

Vendió la foto por 100.000 euros a un comprador anónimo, y cuyo dinero se donó a los monjes de la comunidad benedictina.

Hoy Alfonso se siente bendecido por estos dos momentos intensos revelados por Dios: “Soy una marioneta de Dios, y me ha pasado de todo. Al principio te da vértigo. Ahora con 63 y los niños mayores te puedes permitir ser más marioneta. Mis hijos están orgullosos de mí”, ha precisado.