Acogida e integración de cubanos refugiados: así funciona el ‘Proyecto Cobijo’

El equipo del sacerdote Bladimir Navarro encabeza un grupo de 7 personas ofrece orientación, ayuda y acompañamiento a estas personas

Álvaro González

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Era un deseo presente en el corazón del padre Bladimir Navarro desde hacía mucho tiempo. Ofrecer acogida y ayuda a las personas que llegan a España desde Cuba, tras atravesar auténticos calvarios. Este sacerdote cubano, estudiante de teología moral en Madrid y vicario parroquial en Santa María de la Esperanza de Alcobendas, abre las puertas del hogar de ‘Proyecto Cobijo’ a ‘Ecclesia’ (TRECE, domingos a las 13 h) para conocer de primera mano cómo trabajan, y los frutos que está dando la iniciativa. “Cobijo es acoger, transformar y enviar. El anhelo es cuidar y ayudar, en la vida espiritual y material”.

Es el caso de Erisdel Villa y Joelys Vázquez, un joven matrimonio cubano (de 32 y 27 años), que este verano escapaban de la isla en busca de un futuro mejor para su hija de un año. Tras la imposibilidad de mantener sus puestos de trabajo ante la precariedad y escasez que impera en Cuba, en cuestiones como alimentos básicos o electricidad, marcharon con un visado de turismo a Serbia. Desde allí, con el equipaje, alimentos y dinero justos, emprendieron su viaje a España alternando el autobús con travesías a pie por varios países, incluyendo el paso por montañas y bosques. Un amigo en común en Suiza les puso en contacto con el padre Bladimir.

“Llegamos aquí ya sin nada, pero no nos faltó un techo para dormir, donde la primera tranquilidad era la niña. Las cosas básicas para ella, pan, leche, no nos han faltado, aparte de la calidad humana de todo el equipo”, afirma Erisdel, el joven padre de familia. Joelys, su esposa, se siente eternamente agradecida por todos los cuidados que han recibido. “Bendito sea Dios, que conocimos al padre Bladimir. Gracias a él estamos aquí, y estamos súper bien”.

Por ahora, acogen a cinco personas en un piso alquilado a una feligresa de la parroquia, aunque tienen recursos para llegar a otras cinco más. Una gran labor para un proyecto que apenas lleva unos meses funcionando, con un equipo formado por siete integrantes. Mientras los acogidos se adaptan a la realidad de nuestro país, ‘Proyecto Cobijo’ les ayuda en la gestión de documentos como el empadronamiento o la petición de asilo político. También son acompañados por dos psicólogos, y cuentan con la atención espiritual del propio sacerdote, que también les integra en la comunidad parroquial y en la acogida a los recién llegados. “Todos estos jóvenes que llegan desde Cuba lo hacen antropológicamente dañados, humanamente dañados. Queremos acoger, queremos cuidar, como en la parábola del Buen Samaritano, que no pasa indiferente” y ayudar a “sanar las heridas”.

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