#HazMemoria con el testimonio de Carmen, peregrina en Lourdes: "Me da fuerzas para seguir"

La Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes de Palencia es una Asociación de Fieles integrada por los hospitalarios, personas que voluntariamente se ofrecen para servir y cuidar

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La Conferencia Episcopal Española ha puesto en marcha la campaña #HazMemoria junto con los medios de comunicación como Ecclesia, TRECE y COPE. En esta primera semana el tema que se aborda es la 'Religiosidad y piedad popular. Romerías y tradiciones'. Con el testimonio de Carmen, enferma que acudió al santuario de Lourdes, y Ángela Soria, hospitalaria de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes de Palencia, queremos poner en valor el papel de la Iglesia y de los cristianos en el trabajo de la sociedad y la importancia de su aportación al bien común de todos.

La Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes de Palencia es una Asociación de Fieles integrada por los hospitalarios, personas que voluntariamente se ofrecen para servir y cuidar a todos cuantos, enfermos y sanos, desean peregrinar al santuario de Lourdes y vivir su espiritualidad cristiana en el marco de esta advocación mariana.

La gran mayorí­a de los hospitalarios son cristianos laicos, pero también hay personas pertenecientes a la vida religiosa y al presbiterado. En ‘Aleluya’ hemos tenido el placer de hablar con Ángela Soria, hospitalaria de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes de Palencia, y con Carmen, una de las enfermas que peregrinó en 2019.

La Hospitalidad de Lourdes, que ya se quedó sin peregrinación el año pasado, vivirá también de forma diferente este año su fiesta más importante. El 11 de febrero, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes y Jornada Mundial del Enfermo, se realizan distintas actividades en todo el mundo y en las diferentes delegaciones que la Hospitalidad tiene en numerosos municipios y pedanías.

Todos los años, las hospitalidades de Lourdes se preparan para realizar una peregrinación al Santuario mariano de Lourdes, en el sur de Francia. Una tradición que en 2020 se ha visto interrumpida debido a la pandemia de covid-19, y de momento no pierden la esperanza en que este año puedan reanudarse las peregrinaciones a Lourdes, a pesar de que la situación no termina de mejorar.


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"Les llamamos enfermos porque son los primeros delante de la Virgen"


Ángela empezó yendo a la Hospitalidad porque su tío, que era enfermo, trasplantado de riñón, iba con sus primos a Lourdes. “Siempre venían muy contentos y muy felices. A mí me picaba la curiosidad”, ha subrayado la hospitalaria. A los 15 años tuvo su primera experiencia a Lourdes con un grupo de jóvenes. Cuando van pasando los años, empiezan a tener más Sed de Cristo y más ganas de conocer a la Virgen, por eso “comenzamos a quedar más frecuente y hacer un grupo verdaderamente de hospitalidad joven con actividades más enfocadas en nosotros”.

En Lourdes los jóvenes tienen diferentes misiones. Por un lado, los hospitalarios, que son los que se encargan del aseo, de la comida y de todas las tareas de hospital y cuidados. Y, por otro lado, los jóvenes que se encargan del acompañamiento durante el día: “Lo que es fundamental y damos mucho hincapié es en la escucha al enfermo”, ha remarcado Ángela.

“En cinco días que estás con ellos les haces muy especiales”, ha subrayado la hospitalaria. “Nosotros les llamamos enfermos porque son los primeros delante de la Virgen. A veces se hace extraño que les llamemos así, ya que muchos de ellos podrían ser nuestros abuelos”. Ángela ha confesado que “los enfermos verdaderamente somos todos los que vamos a la peregrinación”. Además, ha subrayado que “vas a Lourdes a entregarte totalmente, y es ahí donde tenemos una conversión”.

“Lourdes es un sitio para cualquier persona, es un lugar en la tierra que es el cielo. A cualquier persona le toca, tengas unos ideales u otros, seas católico o no, tengas una edad u otra. Esa es la magia de Lourdes”, ha recalcado Ángela. También, ha explicado que yendo a ver a la Virgen de Lourdes, "cualquier persona crece". Además, ha reflexionado el enorme valor de las personas enfermas: "Lo poco que podemos hacer con los enfermos, ellos te lo devuelven multiplicado por mil. Es algo inexplicable".


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"Los ojos pueden llorar de emoción y estar ante los pies de la Virgen”


A Carmen le operaron en el año 90 de una hernia discal. No podía caminar y fue al médico. Ahora tiene 59 años, una lesión medular y está en silla de ruedas. La primera vez que peregrinó a Lourdes fue en 2019: “La señora que me estaba cuidando me lo propuso y no me lo pensé dos veces”, ha subrayado Carmen. Para ella fue una experiencia impresionante, y que volverá a repetir, solo que ahora con la pandemia no lo ve nada fácil.

Tiene un recuerdo muy presente, y es que una de las personas que les cuidaban en la hospitalidad, le propuso dar su testimonio: “Era una experiencia que la tenía que disfrutar y vivir. Lo tengo grabado en el corazón y en la cabeza. Se lo debía a la persona que me estaba cuidando, y en el testimonio le di las gracias porque si no hubiese sido por ella, no hubiese ido a Lourdes”, ha explicado Carmen.

“Yo siempre pensaba que cuando los ojos lloraban, era porque el corazón estaba roto. Estaba equivocada. Los ojos pueden llorar de emoción y estar ante los pies de la Virgen”, ha remarcado la enferma. Carmen tiene mucha devoción por la Virgen de Lourdes. Cuando estuvo allí, le tumbaron en una camilla y le bañaron en la piscina. Antes de eso, le dieron una estampita de la Virgen de Lourdes. Todas las noches cuando se va a dormir, coge la estampita y la mete en la cama: "Me tiene que dar fuerzas para seguir hacia delante”, ha contado a 'Aleluya'.


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