El joven grafitero que ha pintado un Sagrado Corazón de dos metros que le está haciendo cambiar

Christian se encuentra lejos de la fe, pero su novia y este último trabajo le están ayudando a cambiar su imagen de la Iglesia 

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Christian es grafitero desde los 12 años. Lleva 15 con los sprays y los rotuladores en las manos. Su firma figura en vagones de tren, en el cierre de los comercios y, desde hace unos días...también en una casa sacerdotal de Ciempozuelos, en la diócesis de Getafe, en Madrid. Este joven vendedor de seguros ha pintado un Sagrado Corazón de casi dos metros de altura en la Parroquia de Santa María Magdalena. 

Esta obra es un homenaje a un año especial, el Año Jubilar, que se vive en esta diócesis del sur y todo el país: el Centenario de la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús. Ese mismo corazón que él ha plasmado en una pared es más que una creación artística. Ha significado algo también para él.  

Esta pintada ha servido para que el propio Christian cambie también su imagen sobre la Iglesia, incluidos los sacerdotes y personas consagradas. El grafiti le está ayudando en este proceso, junto a su novia, como cuenta al portal Cari Filii News.

La imagen del Sagrado Corazón

“Después de esto, siento que algo está cambiando en mí. Tengo ganas de ver qué pasa, de saber más y de ver más allá, y de conocer más en profundidad realidades como el Sagrado Corazón”, afirma.

El Sagrado Corazón es una imagen del corazón de Jesús, a la que acompañan fuego, heridas y espinas. Esa simbología se la ha explicado su novia, Lucía. Le ha contado cómo las heridas de Jesús son por las que somos salvados; cómo el fuego simboliza el amor vivo de Jesús por nosotros y cómo las espinas hacen referencia a la humillación de Cristo que acabó convirtiéndose en Gloria.  

Su obra figura en un sitio recogido, no en los grandes lugares donde se acostumbraría a admirar el trabajo de un grafitero. Christian también encuentra valor a eso, al lugar donde esta su "Sagrado Corazón". Se inspiró en Internet y también al verlo en la Parroquia Nuestra Señora del Buen Suceso de Madrid. 

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“No me importa que este grafiti no esté en un lugar de acceso público. Al contrario. Me apetecía tener la oportunidad de pintar en un lugar agradable como éste y poder estar creando tranquilo”, asegura. 

Practicar el grafiti de forma más legal

Él reconoce que ha quedado "la mar de bien". Esa es una buena valoración para un artista que busca la perfección en cada obra. Además de con los sprays, dedica su tiempo libre a cuadros, dibujos e ilustraciones. “Ha quedado muy limpio. Suelo ser muy crítico con mis trabajos y no suelo quedar satisfecho, pero éste creo que ha quedado muy bien”, subraya.  

Su último trabajo, este icono religioso, le ha hecho querer darle la vuelta a esta técnica que suele practicarse de forma clandestina. Si a eso se le suma alguna multa por hacerlo en lugares prohibidos, le hace reafirmarse en su decisión. 

“El grafiti me apasiona y seguiré haciéndolo mientras me siga dando satisfacciones, pero es verdad que me gustaría practicarlo cada vez de forma más legal, pintando en lugares donde esté permitido”, cuenta este joven, para quien esta técnica “es pura libertad”.

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