Objetivos diocesanos para el presente curso

Agencia SIC

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Mons. Salvador Giménez Valls Como comunidad cristiana nos ayuda proponernos metas comunes en un tiempo determinado para valorar nuestro propio crecimiento en la fe y en el servicio a los demás. Recordáis que al principio del curso pasado elaboramos unos objetivos y les dimos el tiempo de dos cursos para su realización. Afectaban a toda la diócesis y se aconsejaba que cada parroquia, comunidad o movimiento apostólico hiciera lo propio siguiendo las indicaciones generales.

Aunque, al final, es una propuesta cuya responsabilidad recae en el pastor diocesano, el proceso de diálogo y discusión fue largo y contó con la participación de numerosos laicos, religiosos diáconos y presbíteros que enriquecieron con sus aportaciones el resultado final.

También fue motivo de reflexión en el interior del Consejo de Presbiterio y del Consejo de Pastoral.

Para este curso no hemos elaborado nuevos objetivos puesto que decidimos un tiempo de dos años para su consecución organizando distintas actividades que ayudaran a esa finalidad. Había entonces, y me parece que acertamos, una preocupación por fijar pocos objetivos, claros en su formulación y comprensibles por todos los diocesanos. Creo que lo conseguimos. Sin pecar de insistente os recuerdo otra vez su contenido para que en los restantes niveles de la diócesis se puedan adaptar las distintas actividades teniendo en cuenta los mencionados objetivos. El calendario diocesano refleja la relación de actos y cada comunidad cristiana hace lo propio para información de todos.

Objetivo general: Promover iniciativas de renovación de la vida cristiana y de acción misionera.

Objetivos específicos:

1.- Dirigidos al Pueblo de Dios: Promover espacios y tiempos de formación en todos los niveles de la vida cristiana teniendo como base la Palabra de Dios, los documentos del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica, para el discernimiento de los signos de los tiempos.

2.- Dirigidos y de cara a la sociedad en general: Promover espacios y tiempos de encuentro (Atrio de los gentiles) con todos los hombres que buscan la verdad, la justicia, la libertad y la paz y acoger a todos aquellos que llamen circunstancialmente a las puertas de nuestra comunidad.

Seguro que no os supondrá ninguna novedad la lectura de los objetivos anteriores. Estaban en la línea de la evangelización actual, tan repetida por los últimos pontífices y los demás pastores y tan deseada por toda la Iglesia para cumplir el mandato del Señor que nos urgía a predicar su mensaje a todos y en cualquier circunstancia. Es un reto y un compromiso que nos afecta a los cristianos utilizando la palabra y la vida coherente para hacer creíble dicha propuesta. Estaban también en la línea de la celebración del Año de la Fe, con una oportunidad única para reflexionar sobre la calidad

de nuestra fe personal y comunitaria y sobre los medios utilizados para su propagación.

Os recuerdo en este sentido la síntesis de la homilía del papa Francisco en la misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud: Vayan, sin miedo, a servir. Repitió varias veces esta tríada de conceptos que resumen nuestra vida cristiana y cuyo tono cercano y sencillo nos puede ser muy útil para conseguir los objetivos que nos habíamos propuesto. Contamos con la ayuda de la Madre de Jesús.

? Salvador, bisbe de Menorca

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