Gloria a Dios, paz a los hombres

Gloria a Dios, paz a los hombres
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Mons. Javier Salinas Está cerca la fiesta de Navidad. La luz, los regalos, las palabras amables, el sabor de familia? son un conjunto de signos de esta fiesta. Durante unos días parece que todo es alegría, sin embargo, hay voces que nos recuerdan quela Navidadprovoca en algunas personas recuerdos tristes; y en otras la crítica a la banalidad y al consumo desproporcionado.
Aun con todo, es fiesta, es Navidad. Y la cuestión central es si los cristianos la fundamentamos o no en la venida de Dios entre nosotros. Porque el nacimiento del Hijo de Dios dela Virgen Maríaes una novedad tan grande que, si se acoge con fe, provoca inmensa alegría. Dios se hace hombre para que nosotros participemos de su vida. "La fe en la verdadera encarnación del Hijo de Dios es el signo distintivo de la fe cristiana: "podréis conocer en esto el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en carne, es de Dios" (1 Jn 4, 2)" (CCE 463). El Hijo de Dios se hace hombre, es nuestro hermano sin dejar de ser Dios. Así lo proclama el Concilio Vaticano II: "El Hijo de Dios, con su encarnación, se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido dela Virgen María, se hizo verdaderamente uno de nosotros, en todo semejante a nosotros excepto en el pecado" (GS 22).
Si nos dejamos guiar por la fe en Dios, que no sólo existe sino que nos ama y viene a nosotros, todo cambia. Podemos hacer nuestro este canto navideño: "Junto a nosotros, el Hijo está, nada tememos: es Navidad. Con un mensaje de libertad, viene a los hombres, es nuestra paz".La Navidadde este año será difícil para muchas familias, pues la crisis económica provoca muchas incertidumbres. En esta situación únicamente puede alentarnos lo que es realmente válido y nos sostiene en el camino. Es la hora de la fe en Dios. De ella depende que podamos afrontar con coraje y alegría las dificultades presentes y mirar adelante con esperanza. Estamos en manos de Dios, su amor se hace visible en el Niño nacido en Belén y fundamenta la dignidad sagrada de toda persona.
Celebremos esta Navidad sin olvidar donde estamos, y volvamos nuestra mirada, nuestra atención, a lo que realmente es fundamento de un vivir con dignidad. Leamos con atención el mensaje dela Navidadque nos propone el Papa Benedicto XVI en su último libro sobre la infancia de Jesús; participemos en la celebración de nuestra parroquia; preparemos y veneremos el pequeño Belén en nuestra casa; acojamos al Hijo de Dios, Él es la luz capaz de impulsarnos a seguir adelante, aun cuando parece que todo está perdido.
Feliz y Santa Navidad.
? Javier Salinas Viñals
Obispo de Tortosa,
y Obispo Electo de Mallorca





