Carta del obispo de Tarazona: «Corpus Christi. Adoración y caridad»

Eusebio Hernández recuerda que en la fiesta de hoy se celebra «la presencia permanente de Jesucristo entre nosotros»

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Celebramos este domingo la fiesta del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Fue el papa Urbano IV quien estableció, el jueves después a la octava de Pentecostés como fiesta del Corpus Christi. Nosotros, como en otros muchos países, trasladamos hace años esta fiesta al domingo sucesivo, al no ser festivo el jueves en el que se celebra el Corpus y, a la vez, para no perder esta importante fiesta.

Lo que cada domingo e incluso cada día la Iglesia celebra, la Eucaristía, se ve hoy subrayada con esta celebración y con la procesión que en tantos lugares se celebra. Ponemos de relieve la presencia real de Jesucristo en las especies eucarísticas y su presencia permanente entre nosotros.

San Pablo VI lo señalaba así en su encíclica Mysterium fidei sobre la Eucaristía: «La divina Eucaristía confiere al pueblo cristiano una incomparable dignidad, ya que no sólo mientras se ofrece el sacrificio y se realiza el sacramento, sino también después, mientras es conservada, en iglesias y oratorios, Cristo es verdaderamente el Emmanuel, es decir, el Dios con nosotros».

La Eucaristía no es solo un alimento pasajero, Cristo ha querido quedarse con nosotros de esta forma oculta pero viva. Su presencia permanente en el tabernáculo es centro y raíz de toda la vida de la Iglesia, «raíz y cumbre de la vida cristiana y de toda acción de la Iglesia -en palabras de san Juan Pablo II-. Es nuestro mayor tesoro, que contiene todo el bien espiritual de la Iglesia».

Al celebrar en este día las procesiones eucarísticas con una gran presencia de fieles debemos, a la vez que es adoración hacia la Eucaristía, manifestar aquello que queremos ser: Una Iglesia peregrina y en camino que sale a las calles para anunciar el Evangelio.

Peregrinamos juntos como Iglesia, guiados por el Santísimo Sacramento, a través de las ciudades y pueblos de nuestro mundo. Es una manifestación de adoración solemne, a la vez que demuestra en la comunidad en la que vivimos la viveza de nuestra fe. Parece que el sacerdote es el que lleva a Cristo, pero somos nosotros en realidad los que somos llevados por Él. El andar implica también la fraternidad de los que caminan en unión y la existencia de una meta escatológica. Somos Iglesia caminante en Cristo camino, verdad y vida.

A la Eucaristía se le llama también “Sacramento de amor”. ¡El amor es entrega y donación! Y en la Eucaristía, Dios se entrega y se dona completamente a nosotros. Qué necesitado esta nuestro mundo de este amor incondicional, por ello este día tiene un significado especial para Cáritas.

Los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social hacen público el Mensaje para la solemnidad del Corpus Christi, Dia de la Caridad con este título: «De la adoración al compromiso».

Este año celebramos, además, el 75º Aniversario de esta institución: “75 años de amor por los demás”, de lucha contra la pobreza y de promoción del desarrollo integral de las personas, especialmente de los más pobres y excluidos dentro y fuera de nuestras fronteras. ¡Felicidades Cáritas!¡Gracias!



+ Eusebio Hernández Sola

Obispo de Tarazona


Religión