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¿Qué es la libertad y cómo podemos ejercerla en este periodo de confinamiento?

El periodista y sacerdote Josetxo Vera, ahonda en el podcast 'Siempre aprendiendo' sobre la libertad interior

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Josetxo Vera
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Tiempo de lectura: 3'Actualizado 18:17

Uno de los rasgos propios del ser humano es la libertad. La capacidad de ser libres es uno de los elementos que nos define como personas y nos diferencia de los otros animales. Hoy en día hay muchas formas de destruir la libertad. Pero también es un tema de debate cuestiones como ¿qué es la libertad? ¿cómo actúa? ¿cuáles son sus requisitos? ¿cuándo una persona es, o no, libre? En tiempos de confinamiento, hablar de libertad tiene su gracia: ver si es posible ser libres cuando nos han pedido que nos quedemos en casa sin salir. Pero ahora también es posible hacer uso de la libertad, al menos de esa libertad interna.

Si pedimos a la sociedad que nos definan la libertad, es posible que mucha gente vaya en la línea de, “la libertad es hacer lo que uno quiere”. No está mal esa definición, la capacidad de actuar según las propias determinaciones. Definir así la libertad no va mal. Hacer lo que uno quiere y le apetece, pero habría que matizarlo más. El tema de la libertad da para mucho porque es algo que nos define. Los animales, por ejemplo, no actúan con libertad, hacen siempre lo que tienen que hacer. Ellos no se pueden equivocar, pero tampoco podemos decir que acierten en sus decisiones porque no las eligen.

El hombre tiene esa capacidad de elegir. Va desde lo más práctico de cada día, hasta las decisiones más grandes y profundas. El ser humano puede decidir las cosas pequeñas o la totalidad de la existencia. ¿Por qué esa libertad es tan grande? Eso tiene mucho que ver con la capacidad de conocer del ser humano que es universal, y está abierta al infinito. Cuantas más cosas conocemos se nos amplia el terreno de nuestra libertad. El conocimiento es esencial para la libertad.

Con esto de la pandemia, seguro que se nos vienen muchos ejemplos sobre la economía, la sanidad... y eso nos permite ampliar el campo de nuestra libertad. Y hemos dicho que entendemos mejor el futuro, esto que llaman ahora la “nueva normalidad”. El conocimiento nos permite ser libres y nos abre a un mundo infinitas posibilidades.

Ese mundo abstracto, el hombre lo concreta con sus decisiones. El ser humano baja a lo concreto, y ese es el ejercicio de la libertad. No nos quedamos en lo abstracto, sino que concretamos, nos determinamos, y nos decidimos por una alternativa. Allí es donde radica el ejercicio de la libertad. Por eso la base es un conocimiento. Cuanto más amplio es, más posibilidad tenemos para elegir, pero luego el ejercicio es pasar a lo concreto: del pensamiento abstracto a la acción concreta. Y ese recorrido es el camino de la libertad.

La libertad entonces es la capacidad que tiene el hombre de elegir, de concretar los qué, los cómo, los porqués. Todas esas decisiones que toma el hombre para ejercer su libertad están definidas por la inteligencia y por el conocimiento.

¿Cómo funciona esta libertad? Lo primero que hay es un estímulo para una acción, después hay una decisión sobre esa acción y después está el hacer, la ejecución de la acción. Los estímulos pueden ser externos, como puede ser el peligro de algo que nos viene encima, o internos como los que vienen del corazón y de nuestro propio interior. También hay estímulos para la vida espiritual, por ejemplo el tratar mejor a la gente o ser más sencillos.

La segunda parte de la acción libre es la deliberación, el juicio que se produce en nuestra cabeza, y que decide que es lo que conviene, cuáles son las circunstancias, mirar las posibilidades que hay. Vale la pena, en esta segunda parte, explicar por qué estamos decidiendo esto y no otra cosa. Y una vez que se toma la decisión, la tercera parte de la acción libre es la ejecución, el movimiento a la acción. En cada uno de estos pasos intervienen en el fondo los afectos de las personas. Lo que nos apetece hacer, nuestras pasiones.

La libertad, en general, lo que necesita son dos cosas. Siempre hay una reflexión, que implica una inteligencia, y una decisión, que implica a la voluntad del ser humano. Eso es precisamente la libertad, la capacidad del ser humano para autodeterminarse. No es solamente la capacidad de elegir, porque la inteligencia nos abre un mundo de posibilidades infinitas. Tú te involucras en ampliar el campo de posibilidades y en las opciones que hay.

Este es el tema de la libertad: el uso natural de la razón. El ser humano ejerce la libertad cuando deja a la razón plantear opciones, las elige y las actúa. Aquí hay una cuestión que es muy importante: el hombre se hace más humano en la medida que elige el bien, y que en la hora de decidir discierne lo mejor, y lo realiza. Cuando el ser humano elige sin hacer entrar a la razón, sin discernir bien, el hombre se deshumaniza. Ese actuar mal va mermando nuestra libertad.

Ojalá que podamos razonar este tema para nosotros mismos, para ver si realmente estamos siendo libres en estos momentos, y poner en práctica la libertad. Porque si eres libre, eres humano, y si no eres libre te están arrebatando la humanidad.

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