Se para un tren en un pueblo de Ciudad Real y su decisión deja huella en 800 personas: "No lo pensamos"
En medio del caos que el pasado lunes provocó en toda la península el famosísimo apagón, hubo hueco para historias de solidaridad

Carlos Moreno 'El Pulpo' cuenta la historia de Ángel Pulido, Marisa García y Victoria Galván en el momento en el que se pararon los trenes esta semana
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El pasado lunes, un apagón masivo afectó a toda la península, interrumpiendo el servicio de trenes y creando un caos generalizado. Sin embargo, en medio de la incertidumbre y la desesperación, surgió una historia de solidaridad que unió a la comunidad de Brazatortas, un pequeño pueblo de Ciudad Real con solo mil habitantes, y dejó una huella en la vida de más de 800 personas.
En un escenario marcado por el calor intenso y la falta de información, los pasajeros de los trenes varados no sabían qué hacer. Entre ellos se encontraba Victoria Galván, que regresaba a Sevilla después de pasar el fin de semana en Madrid. "Nos paramos a ocho kilómetros de Brazatortas, en mitad de la nada. En un principio nos dijeron que había habido una caída de corriente", recuerda Victoria, quien junto a otros viajeros quedó atrapada en un vagón sin saber cuánto tiempo pasaría hasta que la situación se resolviera.

La vía entre Brazatortas y Castuera
Afortunadamente, los vecinos de Brazatortas no tardaron en actuar. Ángel Pulido, un residente del pueblo, fue uno de los primeros en percatarse de la situación. Al enterarse de que el tren estaba detenido cerca de su localidad, no dudó en tomar cartas en el asunto: "Ofrecí cortar la valla porque había que tirar las cosas por arriba, había muchas cosas que se podían romper, como botellas de agua", explicó Ángel, quien obtuvo la autorización de la Guardia Civil para llevar a cabo su plan.
Se para un tren
Lo que parecía ser una simple acción para ayudar a los pasajeros se transformó rápidamente en un acto de solidaridad colectiva. Mientras Ángel cortaba la alambrada, los vecinos comenzaron a organizarse para llevar agua, comida y suministros básicos a los viajeros varados. Marisa García, otra vecina, recordó cómo se organizó el reparto de alimentos: "Nosotros salimos corriendo, cogimos bocadillos, sándwiches, las garrafas de agua... incluso una chica de un restaurante hizo olla de comida y las fue llevando también".
Lo que comenzó como una pequeña ayuda para un tren varado pronto se convirtió en una acción comunitaria a gran escala. Al enterarse de que había dos trenes más detenidos en la zona, los vecinos no dudaron en cargar más suministros y acudir a socorrer a los otros viajeros. "Nos dieron la voz de alarma de que, en La Venta de Cárdenas, había otros dos trenes. Fuimos con un todoterreno y cargamos agua y productos de primera necesidad", explicó Marisa. Este gesto de ayuda desinteresada tuvo un impacto significativo: cerca de 800 personas recibieron asistencia en un día marcado por el caos.
"Lo del pueblo es increíble", dijo Victoria Galván al recordar la hospitalidad de los habitantes de Brazatortas, quienes abrieron las puertas de sus casas para alojar a las familias con niños o personas mayores. En una situación tan extrema, el pueblo demostró que, incluso cuando el sistema falla, la humanidad puede prevalecer.

Estación Brazatortas/Veredas
Este incidente, aunque originado por un apagón inesperado, dejó una lección de solidaridad. Los ciudadanos de Brazatortas no dudaron en ofrecer ayuda a desconocidos, demostrando que en momentos de adversidad, la cooperación y el apoyo mutuo son esenciales. Si algo quedó claro durante esa jornada, es que la solidaridad entre los españoles sigue siendo un valor fundamental en tiempos de crisis.
En resumen, mientras muchos vivían la angustia del apagón y los retrasos, un pequeño pueblo de Ciudad Real supo responder con lo mejor de sí mismo. En este episodio, no solo se destacó la solidaridad de la comunidad, sino también el coraje de los vecinos, quienes, como señaló Carlos Moreno 'El Pulpo', mostraron que "no lo pensamos, simplemente lo hicimos". En momentos como este, la humanidad y la generosidad se erigen como los mayores héroes.