Laura Cerdán, psicóloga y psicopedagoga: "Los niños tienen acceso al móvil más pronto, la estimulación es muchísimo mayor que lo que ofrece una muñeca, por eso dejan de jugar"

La era digital transforma el ocio infantil, donde las pantallas y los cosméticos desplazan a los juguetes de toda la vida como Playmobil o Barbie

José Manuel Nieto

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El universo del juguete infantil está experimentando una transformación radical. Lo que se puede ver en cualquier catálogo de juguetes ya no es lo que era, y los juguetes tradicionales como Playmobil o Barbies ceden terreno frente a los productos tecnológicos y el emergente negocio de los cosméticos para niños. Este cambio de paradigma ha sido analizado en el programa 'Poniendo las Calles' de COPE, donde Carlos Moreno 'El Pulpo' ha entrevistado a Laura Cerdán, profesora colaboradora de los estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad Oberta de Cataluña.

Las cifras confirman esta tendencia de manera contundente. El sector del maquillaje infantil movió aproximadamente 10.000 millones de euros a nivel mundial durante el último año, y las proyecciones indican que este mercado podría alcanzar los 18.000 millones de euros para 2033, evidenciando un cambio en las preferencias de consumo de los más pequeños.

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Niña de 10 años maquillándose

La explicación tras el cambio de hábitos

Ante la pregunta de qué ha cambiado para que los niños dejen de lado los juguetes, Laura Cerdán ofrece una respuesta clara. La psicóloga y educadora afirma que "los niños tienen acceso al móvil más pronto, la estimulación de un móvil es muchísimo mayor que lo que ofrece una muñeca, por eso dejan de jugar". Esta exposición temprana a las pantallas reconfigura por completo sus mecanismos de entretenimiento y atención.

La estimulación de un móvil es muchísimo mayor que lo que ofrece una muñeca"

Laura Cerdán

Profesora colaboradora de los estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad Oberta de Cataluña

La hiperestimulación que generan los dispositivos electrónicos es un factor clave que los juguetes convencionales no pueden igualar. Como advierten los expertos, el cerebro de un niño no está preparado para el móvil, y esta exposición altera su desarrollo neuronal y su capacidad para disfrutar de actividades más pausadas. El juego tradicional, fundamental para el desarrollo de la imaginación y las habilidades sociales, queda relegado a un segundo plano.

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Una niña juega juegos en un dispositivo móvil en la cama

El valor nostálgico del juguete

A pesar de esta nueva realidad, el encanto de los juguetes clásicos perdura en la memoria colectiva. De hecho, algunos se han convertido en auténticas piezas de coleccionista, demostrando que no todo está perdido. Un juguete de los años 80 que nunca pasa de moda puede llegar a alcanzar un valor considerable en el mercado, un recordatorio del impacto cultural y afectivo que el juego tradicional ha tenido en varias generaciones.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.