En el distrito madrileño de Moncloa - Aravaca, existe un lugar con mucha historia. Se construyó en el siglo XIX y se trataba de un gran edificio en el que cada día se ayudaba, se atendía a una media de 700 personas que no tenían recursos.

Allí se les daba un plato de comida y en muchos casos también un lugar donde dormir. Se llamaba el “Asilo de Santa Cristina” pero al comienzo de la Guerra Civil quedó tontamente destruido.

En aquel edificio existía una capilla en la que había una Inmaculada Concepción conocida por todos como la “Virgen Blanca de Moncloa”. Esta imagen quedó también muy dañada. Unos milicianos incluso le dispararon pero antes de que se destruyera por completo unos vecinos de la zona decidieron abrir un agujero en el suelo y enterrarla allí para protegerla.

Durante la postguerra unos niños que jugaban por los escombros que quedaban de aquel edificio encontraron aquella virgen. Esta imagen fue la única que se salvo de aquel edificio, como nos cuenta Fernando Simón, el párroco de la iglesia de San Juan Crisóstomo, un templo que está muy cerca de aquel lugar: “Esto es un signo de paz. Ella tiene en su rostro las marcas de la violencia y ver su rostro es una llamada al perdón y a la reconciliación entre las personas”.

Años más tarde en 1954, esta Virgen Blanca se colocó en un templete, en una ermita y también se construyó un parque a su alrededor. Poco a poco empezó a ser una imagen de devoción para muchos vecinos y para muchos estudiantes: “Fue la Complutense la que erigió esa ermita coincidiendo con el Año Mariano. Han sido los jóvenes con su peregrinación, con su oración los que han dado lustre a ese lugar sagrado”. En los últimos años, esta Virgen ha sufrido muchos daños y también los efectos del vandalismo.

Desde la iglesia de San Juan Crisóstomo, de la que Fernando Simón es el párroco, ahora han decidido adecentar este lugar, esa pequeña ermita de la Virgen Blanca de la Moncloa en Madrid.

Hoy por Mediodía COPE han pasado Quique García y Jaime Paricio, dos jóvenes de la parroquia de San Juan Crisóstomo de Madrid que han coordinado los trabajos para arreglar esta ermita de la Virgen Blanca de la Moncloa. Quique nos cuenta que esta ermita es un lugar de mucha devoción: “Esto es un sitio de peregrinación de muchos jóvenes y también está cerca del hospital clínico San Carlos y viene mucha gente a rezar por los enfermos. Queremos honrar la imagen de la Virgen que a tantas personas ha ayudado y que tanto nos cuida a todos los estudiantes y a todos los enfermos que hay en esta zona”.

En los últimos años estos chicos han visto como la Virgen de su barrio ha aparecido en muchas ocasiones con pintadas y totalmente vandalizada. Por ello, como nos cuenta Jaime, han querido ponerle remedio. Para ello se han puesto manos a la obra: “Se encontraba completamente vandalizado, lleno de pintadas, había botellas de alcohol y todo tipo de agravios, llegó incluso a ser quemada. Se encontraba en un estado bastante lamentable. En tiempos convulsos como los que vivimos es importante que la juventud tenga cerca un sitio donde poder rezar y donde poder rezar a la Virgen” ha explicado este chico.

El trabajo para adecentar esta ermita ha sido intenso en estos últimos meses como nos cuenta Quique: “Es un sitio que al estar un poco apartado acudían muchos jóvenes a hacer botellón. Al estar desprotegida al principio pues se exponía a eso. Todo lo católico hoy en día es muchas veces objeto de burlas de desconsideración. Es una forma muy importante de cuidar a la Virgen y de decirle que la queremos mucho desde la parroquia y desde todo el barrio. A través de la parroquia nos hemos organizado para hacer la recaudación y para hablar con los proveedores. Hemos recaudado aproximadamente 30.000 euros” además Quique nos ha explicado que el próximo 1 de marzo el obispo auxiliar de Madrid, Jesús Vidal, va a bendecir esta imagen.

Quique García nos ha contado que vive cerca de este lugar de Madrid y que muchos días pasa por esta ermita para encomendarse a esta Virgen Blanca de Moncloa: “Antes de los exámenes o antes de alguna operación importante del trabajo vengo aquí a rezar a pedirle ayuda a nuestra madre para que interceda por mi. Es un signo de paz, de oración y uno sale con mansedumbre con ganas de afrontar cualquier tipo de problema que tenga con la intercesión de la Virgen”.