Más de la mitad de los jóvenes están insatisfechos con su vida
La clave la gestión de las emociones y la educación en valores

Carmen Labayen, jefa de Sociedad de COPE, explica la razón por la que los jóvenes están insatisfechos con su vida
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El 56 por ciento de los jóvenes en España están insatisfechos con su propia vida. El bajo estado de ánimo afecta a uno de cada dos adolescentes en nuestro país y 1 de cada 5 tienen problemas de ansiedad. Una mejora de la salud mental en niños y adolescentes requiere, según advierten psiquiatras y pedagogos, de una educación en valores que den sentido a la vida.
Son datos del Observatorio de Salud Mental Infanto-Juvenil de la Fundación Atalaya, la mitad de los adolescentes dicen estar preocupados excesivamente por diferentes cosas, tener dificultades para relajarse y el 54 por ciento afirma que tiene dificultades relacionadas con el bajo estado de ánimo, casi el 48 por ciento se siente cansado o con poca energía casi a diario.
Cuanto menor es el apoyo social que sienten los encuestados mayores son los síntomas de ansiedad y depresión que expresan. Solo el 6,3 por ciento de los jóvenes se sienten plenamente conectados y cohesionados socialmente, pero 3 de cada cuatro siente que sus niveles de conexión y cohesión son medios. El resto siente soledad no deseada.
Esencial para construir nuestro proyecto de vida son las relaciones con los demás: “compartir con otros nos marca y es también lo que nos hace seguir”, explica a COPE el psicólogo sanitario especializado en terapia familiar, adolescencia, duelo y crisis vitales, Pablo R.Coca. Las amistades nos marcan y nos enriquecen y entre los factores que influyen en su desarrollo están nuestra forma de ser y lo que para nosotros es importante.
“De tus valores nacen objetivos, nacen metas, nacen cosas que te gustan, nace una estructura. Al final, los valores son la estructura que sostiene lo que vamos a construir, nuestro proyecto de vida. Algunos de esos valores se transmiten y otros los vamos descubriendo viviendo”, afirma R.Coca.
De su experiencia tanto en consulta como en los colegios donde imparte charlas de prevención de salud mental, acoso escolar o sobre el proyecto de vida de los adolescentes, constata que parte de estos jóvenes reflexionan mucho sobre su vida y otros están bastante más perdidos. Incluso con adultos sucede lo mismo “me llegan muchos pacientes que me dicen que realmente nos saben lo que les gusta en la vida y esto es algo esencial para tener una vida plena y con sentido”.
A los profesores y padres les da la siguiente recomendación sobre la orientación personal y en el futuro también profesional de los chavales: “es importante que en tu entorno crean en tí para que tú creas también en ti mismo y pasan muchas cosas cuando te puedes dedicar a lo que te gusta”.
¿Tienen más vacío existencial los jóvenes ahora que antes?
“No hay más vacío existencial ahora sino más posibilidades de que tu vida sea muchas cosas que antes y esto nos lleva a estar constantemente decidiendo y también genera mucho malestar y mucho colapso”, subraya R. Coca.
En este mundo acelerado y lleno de opciones que refleja en el cómic “las vidas que construimos” dentro del proyecto @occimoron, es importante pararse y pensar o recapitular si estamos cumpliendo con nuestro proyecto de vida “nos metemos más en el hacer que en el ser y se trata de hacer, pero siendo por medio de lo que hacemos.
A juicio de Aleix Comas, de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) “el desencanto con los valores en los que habíamos creído unido a una nueva forma de relacionarnos con la información que no acabamos de poder comprender hoy en día hacen que tengamos una sensación de pérdida, vacío e indefensión que nos puede llevar al vacío existencial”.
Considera este profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación que “ese vacío existencial no es en sí mismo una enfermedad, sino un indicador o señal de nuestra mente que nos indica que necesitamos reubicarnos, parar, reflexionar, dar sentido y entonces actuar”.
El vacío existencial, subraya, se genera por una sensación de falta de control “si no sé por qué hago lo que hago o qué dará sentido a mi vida ¿cómo podré decidir qué acciones me harán sentir más realizado?”. Esto nos genera malestar y la respuesta cuando percibimos que no tenemos los recursos para hacer frente a las amenazas que aparecen en nuestra vida es la ansiedad.
¿Cómo educar en el propósito de vida?
Ha sido uno de los asuntos centrales de la novena edición del Congreso Eduemoción celebrado el pasado 28 de marzo en Madrid y organizado por la Fundación Zola. En él, la psiquiatra infantil y de la adolescencia Beatriz Martínez, defendió la necesidad de inculcar valores como el respeto a tí mismo y a los demás y practicando con ello en nuestra educación como padres y como docentes.
“El respeto lo acaba definiendo todo porque empieza por uno mismo, tu te respetas poniéndose límites y siendo capaz de también darte valor frente a los demás y respetando a los demás. Es una buena base para construir tu proyecto de vida y del resto de valores que también debemos cultivar nosotros, porque ellos van a hacer lo que vean que nosotros hacemos”, explica a COPE Martínez.
Considera que debemos ir más allá de los resultados y promover la conciencia social, la empatía y la trascendencia además de no llenar de actividades las agendas de nuestros hijos porque “para tener esa idea de cuáles son tus metas y cuáles son tus proyectos, te tienes que aburrir, tienes que tener espacios donde te soportas a ti mismo y te preguntes ¿qué hago conmigo? Y desde allí algunos buscaran relacionarse con los demás otros dibujar y otros optaran por la música. A pesar de que estos espacios pueden provocarnos frustración y ansiedad o incomodidad, sin ellos no hay nada”.
Para dar esquinazo al vacío existencial y desarrollar una vida con sentido los expertos consultados por COPE consideran debemos cultivar la conexión emocional, la coherencia entre lo que necesitamos y lo que hacemos, aprender a tolerar el malestar, fomentar una forma sana y buena de relacionarnos con los demás y desarrollar la capacidad de introspección y escucha personal. Necesitamos sentir que lo que hacemos es importante.
A todo ello se une la espiritualidad que según R. Coca es positiva porque “te permite tanto conectar contigo mismo como con la comunidad y con los demás, lo comunitario también es una base que nos sostiene”.
Para el secretario general adjunto de Escuelas Católicas https://www.escuelascatolicas.es/, Luis Centeno, “construir la vida desde el valor del servicio nos permite afrontar la vida de forma muy distinta a si la basas en tener más, ser más importante o más famoso. La vida no es solo matemáticas ni lengua, ni conseguir tal trabajo o lograr lo que cada uno quiera, es mucho más. Para tener una vida plena, alegre y gratificante te tienes que centrar en cómo puedes ayudar a los demás”.