La historia de santa María Rosa Molas comienza en 1815 en Reus (Tarragona) con su nombre de nacimiento Rosa Francisca María de los Dolores. Esta religiosa fue educada en el seno de una familia con profundas raíces católicas, lo que la llevó a vivir siempre muy sensibilizada con los pobres y los enfermos. Por ese motivo, se hizo monja en su localidad natal a los 26 años, pese a la negativa de su padre, que no comprendía su vocación.

"Era una mujer extraordinaria. Yo creía que yo la conocía, pero cuando comencé a leer los testimonios de sus contemporaneos y la biografia que escribió su confesor me di cuenta de que no la conocía de nada. Ella es intemporal y vive siempre el mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas", ha explicado Carmen Guaita, la autora de 'Consolación', la biografía sobre María Rosa Molas. "A partir de ese amor a Dios sobre todas las cosas llegó una ola de amor hacia ella".

“La más valiente de Reus”, todavía dicen en su tierra, y es que María Rosa es recordada por parar un bombardeo ella sola en 1844, con 29 años. ¿Y cómo lo hizo? Pues con tesón, un poco de temeridad y, sobre todo, capacidad de convicción. En mitad del asedio aereo a la ciudad, María Rosa se dirigó junto a varias monjas al campamento que habían levantado los militares a las afueras de la ciudad. Allí, consiguió persuadirlos para que detuviesen el bombardeo que había ordenado el mismísimo General Espartero (el del caballo de la calle Alcalá de Madrid).

Años después, en Tortosa, María Rosa Molas se hizo cargo de una escuela pública, un hospital y una casa de misericordia; y a los 43, fundó las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación, una congregación que cuenta en la actualidad con más de 600 religiosas en cuatro continentes. Esta es solo parte de la historia de una santa que fue beatificada en 1988 por Juan Pablo Segundo y cuya historia recoge en este libro de Carmen Guaita, “Consolación”.