La apatía en el electorado derivada de volver a las urnas por la falta de entendimiento entre partidos puede tener sus consecuencias. Una de ellas, muy probablemente, sea una mayor abstención en las elecciones de noviembre.

Y aquí los expertos no se ponen de acuerdo. Los hay que opinan que esta apatía afectará más a los votantes de izquierdas, debido a la falta de entendimiento entre PSOE y Podemos para formar gobierno; y los hay quienes creen que la abstención se repartirá entre votantes de todo el espectro político, cansados ya de elecciones generales.

Rosa Díaz, Directora General de SIGMA DOS se ha referido a este respecto en Mediodía COPE: “Estamos ante una cita electoral en la que se va a librar por un lado la batalla de la movilización y por otra la batalla del relato, es decir, quién va a ser la fuerza política que traslade esa culpabilidad que no haber podido conformar gobierno”.

La de noviembre será la cuarta vez que los españoles vayamos a las urnas en tan solo 4 años. Es más, será la segunda en el último año. Y este hecho no sale gratis: cerca de 140 millones de euros nos vamos a gastar en esta repetición electoral, que sumado a lo que nos hemos dejado en elecciones generales en los últimos 4 años eleva la cifra hasta los 540 millones.

Otro factor que podría aumentar la abstención es la juventud. En las pasadas elecciones generales el número de jóvenes que acudieron a las urnas fue excepcional, la mayoría de ellos para votar al Partido Socialista, y una desmovilización de este segmento de la población podría alterar mucho los resultados.

Hay un precedente que se puede revisar: la repetición electoral de junio de 2016, tras el fracaso en la formación de gobierno después de las generales de diciembre de 2015. En esa ocasión ya vimos un descenso en la participación, aunque no fue demasiado acusado: pasamos de un 73'2% a un 69'8%.

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