Gripalizar el COVID quédate con esta expresión porque ya se ha abierto el debate sobre esta estrategia que apuesta por empezar a tratar al coronavirus como una gripe.

Sus defensores apuntan a que en España más del 90% de la población mayor de 12 años está vacunada y eso, como vemos en los datos, ha reducido muchísimo el número de casos graves.

Y otro de los motivos es que ningún país se puede permitir mantener más de medio millón de bajas al mes, como calculan las mutuas que sucedió el pasado mes de diciembre. Eso son más de 92.000 millones de euros si contamos las prestaciones, el coste para las empresas y los productos y servicios que el país deja de producir. 92.000 millones son más del 9% del PIB español, una cifra que no es una broma.

En realidad, ya estamos en ese camino. Medidas como acortar las cuarentenas para evitar alargar esas bajas que las personas vacunadas, la gran mayoría no tengamos que confinarnos por ser contacto estrecho o que ya no se hagan PCR a la mayoría de positivos asintomáticos.

Además se quiere ir un paso más allá Para empezar, dejar de contar caso por caso y no intentar detectar cada contagio. Es algo que ya hace, por ejemplo, Castilla y León.

Decía ayer Pedro Sánchez que debemos ir tratando el coronavirus como una enfermedad endémica…pero justo hoy la Organización Mundial de la Salud ha asegurado que aún es prematuro hacerlo y que en las próximas semanas más del 50 por ciento de la población europea se contagiará de coronavirus.

Por cierto que Sanchez también ha dicho que el gobierno establecerá un precio máximo para los test de antígenos, aunque no ha especificado más ni cómo ni cuándo piensa hacerlo.

La verdad que no hubiera estado nada mal que esta medida la hubieran tomado un poquito antes, cuando Omicron estaba ya desatado en nuestro país, llegaban las reuniones familiares y los test de antígenos se empezaron a vender como churros, hasta que se agotaron y su precio se disparó.

Fijate, solo en la semana de Navidad se vendieron 7 millones de pruebas en nuestro país y en la de fin de año, unos 8 millones y medio. Test que en España cuestan, en algunos casos, hasta 4 o 5 veces más que en otros países de nuestro entorno como Portugal, Alemania o Francia. Allí, los podemos encontrar por entre 2 y 4 euros además de que en muchos casos se entregan también gratis.

La clave está en que no solo se venden en farmacias, sino también en supermercados, en grandes superficies y a través de internet.

Es lo que están pidiendo también en España desde organizaciones de consumidores y supermercados. Abrir los canales de venta porque eso rebajaría su coste. No haría ni falta regular el precio, porque el propio mercado se encargaría de hacerlo.

El caso es que de momento seguimos pagando los test a precio de oro en un momento en el que con la Atención Primaria Colapsada, se han convertido en una herramienta imprescindible para luchar contra esta sexta ola.