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Los precios se están moderando. Esto lo dice el último IPC que hemos conocido esta mañana. Han subido, sí, pero menos que en los meses precedentes. Sin ir más lejos, en octubre la inflación subió un 7,3 % y ahora se queda en el 6,8%. Este es el dato adelantado que se tiene que confirmar más adelante, a final de mes.

Hoy no sabemos exactamente qué productos o servicios son los que suben o bajan, pero sí que podemos intuir los factores que tiran de los precios hacia abajo. Tienen bastante que ver con el coste de la energía, del petróleo o del gas.

En el caso del petróleo, lo que vemos es que en el último mes el precio del barril brent ha ido descendiendo poco a poco. Hace un mes rozaba los 95 dólares el barril y hoy está moviéndose en torno a los 80. Este es el nivel más bajo desde el mes de enero.

Se supone que esto lo tendríamos que empezar a notar, también, en los surtidores que están más relajados. Aunque cuando se trata de bajar el precio en las gasolineras ya sabemos que todo va más despacio.

¿Por qué está bajando tanto el petróleo si todavía seguimos con la guerra de Ucrania?

Hay varias causas, pero nos vamos a quedar con 3 principales:

Uno. Por un lado, los brotes de Covid-19 en China y los estrictos confinamientos que han frenado la producción. Esto ha hecho caer la demanda de combustible del gigante asiático.

Dos. Por otro lado, el incremento de petróleo que exporta Venezuela una vez que Estados Unidos ha levantado parte de las restricciones al régimen de Nicolás Maduro.

Tres. Un tercer factor sería la caída del consumo en toda Europa por la incertidumbre económica y las medidas de ahorro.

Pero no solo ha bajado el petróleo. También el precio del gas está contenido en nuestro país, porque está limitado para la producción de Electricidad. Lo que hace que la factura de la luz sea un poco más barata pero, también porque Europa y, sobre todo, España tiene un acopio importante de reservas. A ver qué pasa a partir de ahora que ya ha llegado el frío y aumentará el consumo.

Estos factores relacionados con la energía no son los únicos, pero son muy importantes para ver un IPC más relajado. Primero, porque moderan el gasto en energía de los hogares y luego porque, indirectamente, alivian los costes de producción o distribución de los productos, y eso se acaba notando en el precio final que tenemos en las tiendas.

Ahora bien, no hay que olvidar que a pesar de todo esto seguimos teniendo un incremento de precios y tampoco conviene olvidar que el petróleo o el gas están sometidos a mucha incertidumbre y que pueden subir o bajar con mucha facilidad. Es decir, al menos por prudencia, aunque bajen los precios no podemos lanzar las campanas al vuelo.

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Y esto es lo que indica la inflación subyacente, la que excluye los productos que dependen de la energía o las condiciones meteorológicas. Esta inflación, lejos de bajar, ha subido. Quiere decir que con los precios tenemos un problema estructural que no se va a resolver de la noche a la mañana, aunque Putin parase la guerra.