Hoy se cumplen dos años de la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Estamos en el ecuador de la legislatura, un punto al que ha conseguido llegar gracias a los pactos con los separatistas y con Bildu para sacar adelante los Presupuestos.

Dos años de un gobierno de coalición, en el que también estaba Pablo Iglesias, aunque ahora mismo casi nadie se acuerde de él. Ahora del que se habla y mucho es del ministro Alberto Garzón. Con las elecciones en Castilla y León a la vuelta de la esquina, el próximo 13 de febrero, las declaraciones que hizo el ministro de Consumo contra la industria cárnica han soliviantado a algunos barones socialistas como Javier Lambán o Emiliano García Page.

Te recuerdo que Garzón dijo en una entrevista al diario británico The Guardian, que España exporta carne de mala calidad de animales maltratados de macrogranjas. Pues hoy, tres días después de que se formara la polémica por las palabras de Garzón, Pedro Sánchez ha roto su silencio. Trata de marcar distancias con el ministro, pero sigue sin desautorizarle.

Las palabras de Pedro Sánchez no van a calmar los ánimos de los barones más críticos que llevan días pidiendo el cese de Garzón. Por lo demás, ante la plana mayor del PSOE, Sánchez ha garantizado que agotará la legislatura. Con los Presupuestos aprobados, pero con las encuestas en contra, intentará llegar hasta finales del año que viene cuando deberían celebrarse las próximas elecciones.

Eso sí, para conseguirlo tendrá que seguir haciendo equilibrios como ha hecho hasta ahora y tendrá que seguir pactando entre otros, con los que quieren romper España. Hoy mismo, en Herrera en COPE, el vicepresidente de la CEOE y presidente de los empresarios madrileños, Miguel Garrido, le advertía de que ojo con ceder a las presiones de sus socios y cambiar una sola coma del acuerdo sobre la reforma laboral.

Reforma laboral que está pendiente de su ratificación en el Congreso. En fin, que estamos en la mitad de la legislatura y para poder terminarla Sánchez tendrá seguir sorteando tensiones internas y tendrá que seguir haciendojuegos malabaresentre sus socios. Y esto con la pandemia además lastrando la recuperación económica.